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Federer decepciona a Suiza

  • La afición le señala como culpable del fracaso de los helvéticos ante EEUU

Roger Federer no se esperaba una clase de historia en un vestuario, pero en el mediodía del sábado la situación del equipo de Copa Davis era tan desesperada, que el ex número uno del mundo debió aceptar que se lo motivara con el recuerdo de una exitosa gesta bélica del ejército suizo hace cinco siglos. De poco sirvió, porque tras el 2-0 de Estados Unidos el viernes, el dobles estadounidense puso el 3-0 el domingo para una serie que se cerró ayer con 5-0 y generó no pocas críticas hacia Federer, el máximo deportista de la historia del país.

"En 1476 perdimos las primeras batallas, pero finalmente ganamos", le dijo René Stammbach, presidente de la federación suiza, a Federer y Stanislas Wawrinka instantes antes de salir a disputar el dobles. La Batalla de Morat se libró hace 536 años no lejos de Friburgo, donde Suiza esperaba dar el primer paso hacia el objetivo que el país y Federer ansiaban: ganar por primera vez la Davis.

Pero la guerra no es el tenis, ni Federer y Wawrinka son Hans von Halwyll y Hans Haldmann, los héroes de aquel entonces. No pudo ser, y muchos aún se preguntan cómo es posible que Federer jugara tan mal y se tomara con tanta calma lo sucedido tras ocho años ausente en una primera ronda.

"Creo que jugamos bastante bien", fue el sorprendente análisis de Federer, que se fue del estadio junto a Wawrinka escuchando algunos silbidos de los 8.000 espectadores reunidos en Friburgo, donde la cancha de arcilla no complicó a los estadounidenses liderados por Mardy Fish y John Isner.

Fue Fish el que derrotó a Stanislas Wawrinka en cinco sets en la apertura del viernes, y fue ante Isner con quien cayó Federer a continuación. "Tuvimos nuestras posibilidades, pero ellos fueron mejores", añadió Federer, que a veces larga frases que suenan duras, aunque no sea su intención mostrarse descortés. "Stanislas no jugó bien en el primer partido y dejó pasar la oportunidad de poner a los estadounidenses bajo presión", dijo el número tres del mundo. A su lado, Wawrinka guardó silencio.

Federer tiene entre ceja y ceja colgarse un par de medallas aún pendientes: la del oro olímpico en individuales, por ejemplo, pero también recuperar el número uno. Y ganar la Davis, claro, algo por lo que deberá seguir esperando.

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