La clásica historia que persigue al Unicaja con sus ex jugadores también se ve perfectamente reflejada en Germán Gabriel. El jugador malagueño vio premiada su evolución con la llamada de la selección y la posterior consecución del bronce en el Europeo de Eslovenia disputado este verano. Una presea que lleva mucho esfuerzo detrás. Desde que salió del seno cajista ha seguido creciendo y siendo uno de los jugadores más destacados de cada temporada. Se dejó notar, y mucho, en Estudiantes, y este año cambió de rumbo con dirección a Bilbao. Los hombres de negro le reclamaban y Gabriel no dudó en responder a la llamada. Dejó el conjunto estudiantil como un ídolo, y llegó a territorio vasco como una de las grandes referencias para la temporada.

Pese al mal inicio de su equipo, el internacional ha sido uno de los más destacados en los seis partidos que se llevan disputados. 11 puntos y 4 rebotes de media en los poco más de 20 minutos que suele estar en la cancha. Sin duda, una de las amenazas que espera hoy al Unicaja en Miribilla. El verde motiva y mucho a Gabriel, y no para bien cajista.