Su gesto adusto, su voz grave y su mirada entre ausente y penetrante provocan que las frases de Marcus Haislip suenen a sentencias. Sonríe cada vez con más frecuencia, una vez toma confianza. Su carácter tímido nos remite a su infancia. Quién lo diría ahora viendo su físico sobrenatural, Haislip era un niño gordito que soportaba las burlas de sus compañeros de clase en Lewisburg.

"I'm hungry", declara el ala-pívot norteamericano, hambriento de gloria. Es su segunda Copa del Rey. En la primera regaló un partidazo en el Buesa Arena ante el Tau que sostuvo al Unicaja hasta el minuto 38 en el partido. Su eliminación por faltas en la pelea por un rebote de ataque fue la capitulación de los de Scariolo. Explica el porqué de su apetito. "Odio perder", se justifica: "Yo me voy a casa mal y me cuesta dormir cuando pierdo un partido. Y llevamos dos consecutivos. Eso nos ha abierto el hambre a todos, no sólo a mí. Queremos y podemos ganar. Recuerdo el primer partido de la pasada Copa en Vitoria. Jugamos bien, pero nos eliminaron. Hay que cambiarlo".

Haislip compara la Copa a la Final Four universitaria de la NCAA, torneo que convoca ante el televisor en Estados Unidos a más espectadores que la final de la NBA. Y abre los ojos cuando recuerda el ambiente, el envoltorio del torneo del K.O., los ojeadores de las franquicias norteamericanas con sus libretas. "Definitivamente, me encanta. O ganas o te vas a casa. Seguro, a mí me excitan esa clase de partidos. La presión es grande, pero me siento cómodo en esas situaciones. Y tengo ganas de ganar por fin un partido en la Copa del Rey. Es un torneo distinto, especial para todos nosotros. Es una gran sensación, muchos equipos en una sola pista, en un fin de semana. Me recuerda a la competiciones del playground. Ganas o no vales y ya no juegas. La atmósfera, la expectación, el ambiente...", relata Haislip.

El norteamericano ofrece unas pinceladas del rival: "Tienen un buen equipo, jugadores atléticos y buenos anotadores. Lo comprobamos en aquel partido de la primera vuelta en su pista. Pero creo que estamos preparados para jugar y ganar. Estos cuatro días nos han permitido entrenar fuerte y unirnos".

Haislip comparece en Madrid después de firmar ante el Murcia un partido paradójico. Desde el punto de vista numérico, su mejor prestación en Málaga (28 puntos y 33 de valoración) a pesar de la hiriente derrota. "Me siento en buena forma, me siento cómodo y preparado para el reto", relata el poderoso ala-pívot, que se declara más maduro en esta temporada: "Personalmente, tengo más experiencia y tengo más madurez, comprendo mejor mi rol en la pista y conozco la manera en la que puedo aportar más cosas. Son varias cosas a la vez. También conocer mejor a los compañeros, los rivales y todo lo de alrededor ayuda bastante".

Haislip se declara hambriento. Quiere el título. Y se marcha destino al vestuario, con ese andar tímido como el que lleva tras ejecutar un espectacular mate. Es su momento.