El Barcelona rindió un pequeño homenaje a los ochos campeones del mundo en la previa del partido del trofeo Joan Gamper, aunque la ovación más atronadora se la volvió a llevar, un año más, Lionel Messi. El Barça programó una fiesta de bajo perfil, pero muy emotiva, para dar la bienvenida a sus jugadores, que recibieron la copa de Liga de la temporada anterior.

Todos los jugadores fueron saliendo al campo uno a uno. En el primer grupo, el más aclamado fue Zlatan Ibrahimovic, que se encuentra con un pie y medio fuera del club, y después Messi, quien volvió a recibir la pasión desbordada con la que la afición barcelonista siempre le manifiesta.

Los últimos ocho jugadores en aparecer fueron los mundialistas campeones del mundo (Pedro, Xavi, Iniesta, Piqué, Valdés, Villa, Puyol y Busquets), quienes recibieron una sonara ovación, igual que pocos minutos después cuando apareció en el círculo del campo entre estruendosos petardos el entrenador, Pep Guardiola, aplaudido por todos sus jugadores, excepto Ibrahimovic.

En los parlamentos, el capitán barcelonista, Puyol, dio la bienvenida a los nuevos jugadores y al equipo directivo, encabezado por Sandro Rosell. "Queremos más títulos y lo daremos todo para conseguirlos. Queremos seguir haciendo historia", aseguró.

Por su parte, el entrenador, con algún problema con el micrófono, se dirigió a un Camp Nou casi abarrotado asegurando que sus jugadores se esforzarán "para que os lo paséis bien". "Ojalá sea una temporada como la anterior. Tengo la sensación de que nos lo volveremos a pasar bien", dijo el preparador barcelonista.

Posteriormente, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, entregó la copa de la Liga al capitán Puyol. Villar estuvo acompañado en el centro del campo por el secretario de estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, por el presidente de la Federación Catalana de Fútbol, Jordi Casals, por el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, y por el ex presidente azulgrana Joan Laporta.

Tras recibir la copa, todos los jugadores del Barcelona se hicieron una fotografía conmemorativa, y el presidente entrante y saliente, con Guardiola entre ambos, ocuparon en centro de la instantánea en un gesto de confraternidad poco visto en el Camp Nou entre mandatarios de épocas diferentes.

Acabada la fotografía, Laporta acompañó a todos los jugadores con la copa en mano a dar una vuelta olímpica por el Camp Nou, ante un recinto entregado, que también agradeció al presidente saliente su recorrido al frente del club. Rosell no dio la vuelta y se recogió en el palco, adonde se dirigió posteriormente Laporta.