El Sevilla se desquitó ayer de su eliminación de la Copa ante el Espanyol al ganar 3-2 a su verdugo copero, que jugó 50 minutos con un hombre menos por la expulsión de su portero Kiko Casilla ante un conjunto sevillista con un sensacional Iago Aspas.

Los periquitos, que adolecieron de más presencia ofensiva, se adelantaron pronto con un gol de penalti de Stuani, pero en el primer tiempo el Sevilla remontó con tantos de Diogo y Vitolo, tras lo que los visitantes, ya con diez, volvieron a empatar por medio de Víctor Sánchez, hasta que a un minuto del final Iago Aspas redondeó su gran partido con el gol de la victoria local.

Ambos equipos se veían las caras de nuevo en el mismo escenario de hace cuatro días, pero ahora en Liga, en su tercer duelo seguido en diez días, y tanto Unai Emery como Sergio González revolucionaron sus alineaciones: siete cambios en el Sevilla, con Bacca, Denis Suárez, Deulofeu o Coke en el banquillo, y sin el delantero francés Gameiro ni el central argentino Pareja, lesionados; y ocho en el Espanyol. Y cuando todo apuntaba a una igualada apareció Iago Aspas, una de las novedades, para colocar el definitivo 3-2.