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Ibrahimovic: la gran espina en la 'perfección' de Guardiola

  • El sueco se marcha al Milán apuntando al técnico catalán: "Este es el final que ha querido el filósofo".

Zlatan Ibrahimovic es la gran espina en la  perfección de Josep Guardiola. El delantero sueco, cuya salida del  Barcelona dejó una estela de dinero perdido para el club catalán, se  convirtió en el primer gran tropiezo del entrenador del campeón de la  Liga española. 

Ibrahimovic, el fichaje más caro de la historia del Barcelona, se  marchó el sábado por la noche por la puerta de atrás del club y dejó  un hueco económico en la comparación compra-venta. 

El Barcelona había cifrado la compra de Ibrahimovic en 66 millones  de euros (94 millones de dólares de entonces) entre el pago al Inter  y la venta del camerunés Samuel Eto'o. 

Sin embargo, un año después de la mega-operación, los azulgranas  vendieron al delantero al Milan nada menos por unos 24 millones de  euros. 

"Aquí mando yo y quien toma las decisiones soy yo", sentenció el  sábado Guardiola. Una frase que es un golpe de autoridad en el  vestuario, pero también la asunción del error que fue fichar al  conflictivo delantero. 

Guardiola consolidó a un equipo histórico en la escena del fútbol  mundial y para muchos se erigió como el mejor entrenador del  planeta tras ganar seis títulos en su primera campaña al frente del  equipo. Pero encontró su punto débil en la política de fichajes. 

El técnico se desprendió de Eto'o la pasada campaña por una  cuestión de feeling. Pero mientras el camerunés ganaba el triplete  con el Inter, su sustituto en Barcelona aún encontró menos conexión  personal con Guardiola. 

El entrenador reconoció que todas las compras para el primer  equipo del Barcelona pasan por su autorización. Por ende, la caída  futbolística de un crack como Ibrahimovic y la dificultad para lidiar  con la complicada personalidad del sueco recayeron en la  responsabilidad del entrenador azulgrana. 

"Este es el final que ha querido el filósofo Guardiola. Cada vez  que yo entraba a una habitación, él se iba. No sé si me tiene miedo",  declaró Ibrahimovic, después de arreglar su salida al Milan. 

Guardiola también dio un paso en falso con el caso Dmytro  Chygrynskiy. El Barcelona pagó unos 25 millones de euros (35,6  millones de dólares) a pedido de Pep por un futbolista que jamás  mostró el nivel necesario para el club. 

Un año después, el ucraniano regresó al Shakhtar Donetsk por unos  15 millones de euros (19 millones de dólares). 

"(Guardiola) Claro que puede equivocarse, que se ha equivocado y  que se equivocará. Pero con todo lo que nos ha dado, hay que respetar  cada una de sus decisiones", escribió en su columna de este sábado el  director del diario catalán Sport, Joan Vehils. 

El Barcelona arranca una nueva temporada con un equipo tan o más  poderoso que el del último año y con el fútbol espectáculo como  idioma. Afortunadamente para Guardiola, las discusiones abandonarán  las oficinas y regresarán a los campos de juego. 

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