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"El Jesualdo futbolista no jugaría conmigo: era bueno, pero trabajaba poco"

  • El entrenador del Málaga califica de "museo" todo su currículo anterior y llega con entusiasmo y mano dura en su etapa blanquiazul: "No admito que un profesional en su carrera esté aburrido, ni siquiera a mí mismo"

A Jesualdo Ferreira le encanta hablar de fútbol. Podría estar todo el tiempo que quisiera haciéndolo. A sus 64 años, lo hace con una densa carrera a cuestas, pero siempre mirando hacia el futuro. El luso se sienta en la mesa con Málaga Hoy y concede una amplia entrevista cuya entrega de hoy, la primera, versa especialmente sobre su lado más humano, sobre quién es y qué le hizo así. La vocación le vino muy joven y esa fuerte convicción condicionó todo lo que pasó después.

-¿Cómo le fue en su carrera como futbolista?

-Hace muchos años el fútbol era muy distinto y yo opté por otra opción, la carrera académica. Tuve que elegir una opción de vida. Tenía 20 años y todo era distinto. Creo que elegí bien, porque si hubiera continuado en el fútbol portugués podría haber tenido una carrera de un nivel medio, pero luego no hubiera tenido nada que hacer.

-¿De qué jugaba?

-De medio. Era muy bueno, pero trabajaba poco para el equipo, por eso no habría podido haber hecho una gran carrera. No era un jugador de mucho trabajo, sino de tener más el balón. Ahora es un placer darme cuenta de que elegí bien al elegir el banquillo.

-O sea, el Jesualdo entrenador no alinearía al Jesualdo jugador.

-No, no jugaría conmigo.

-¿Y cómo llega al Instituto Superior de Educación Física de Lisboa?

-Antes de eso había empezado a entrenar ya. Es una historia muy curiosa, porque cuando tenía 19 años era jugador en un equipo de Segunda de Portugal y el segundo entrenador se fue. Entonces la dirección y los jugadores me pidieron que fuera jugador-entrenador. Tenía futbolistas mucho más mayores que yo. Me sorprendió mucho. Hice un trabajo que ni sabía lo que estaba haciendo, pero por ellos y por mí, para aumentar la pasión por el fútbol, lo hice. Tomé esa decisión.

-Pura vocación.

-Podría haber seguido estudiando derecho, pero opté por hacer el curso de educación física, pero siempre para ser entrenador, no para ser profesor de nada. En mi carrera siempre he tenido que hacer elecciones muy profundas y las he hecho siempre por el fútbol. Cuando terminé en la marina, en abril, poco antes de la revolución, todo era muy complicado y difícil, aunque después empecé a entrenar. En el 74 ya entrenaba a juveniles y juniors en la Federación. Me quedé seis años en la A y luego empecé como profesional.

-Usted impartía una cátedra del fútbol en el Instituto.

-Sí, la creé de hecho y eso inspiró los posteriores cursos de entrenador. Estuve ocho años allí.

-¿Qué alumnos conocidos tuvo?

-El más conocido es Carlos Queiroz. Esa escuela eran los inicios de lo que hoy son los cursos de entrenador. Era en torno al 79. Fue una tarea difícil pero interesante. Nunca dejé mi carrera de lado, hacía esa tarea y continuaba entrenando paralelamente. ¿Sabe una cosa? Desde que tengo 16 años nunca hubo uno que no empezara una temporada sin trabajo. He de decir que el más famoso era Queiroz, pero la escuela permitió que muchos entrenadores sean hoy muy conocidos como Mourinho. Él pasó por la escuela, no por mis clases.

-Era una época complicada por la Revolución de los Claveles. ¿Cómo le afectó a usted?

-No mucho porque tenía 22 o 23 años aún, pero las cosas políticas que acontecieron antes y después fueron muy difíciles de vivir. Aunque yo tenía un objetivo en mi vida, que era ser entrenador. Iba a la escuela de la facultad porque era una tarea diferente, pero también estuve un año como profesor de escuela normal. Por encima de todo el fútbol fue mi elección toda mi vida.

-¿Tenía usted un ídolo o su referencia era la de Eusebio, como la de casi todos?

-Eusebio apareció cuando yo tenía 15 ó 16 años; antes hubo otros también muy buenos. También había jugadores fuera del país que me gustaban mucho, como Pelé, Di Stéfano, Gento, como... Herrera, Del Sol, Gento, Puskas y Di Stéfano [dice recitando a gran velocidad], que era el ataque del Madrid en la final del 61 en la Copa de Europa. Hay muchos jugadores que me han hecho disfrutar jugar mucho, pero en mi tiempo no los vi jugar bastante porque entonces era muy difícil tener la capacidad de verlos. No había televisión, radios, internet, no había nada. Era un tiempo que para tener cosas era preciso tener mucho, invertir mucho. Hoy quien quiera tiene acceso al conocimiento le basta con clicar una tecla y tener todo abierto ante ti. Los que quieren aprender y ser más competentes tienen esa opción. Y no sólo hablo de mi tiempo, hablo de sólo diez años atrás, quince a lo sumo.

-¿Qué jugador de los que entrenó le impresionó más?

-Zidane. Pude verlo con 20 ó 21 años. Todos decían que podía ser el mejor del mundo, pero era muy diferente del Zidane que vimos más tarde, porque, en mi opinión, tuvo la suerte de jugar en Italia. Allí cambió como persona y como jugador. Otros como Rui Costa, Figo, Ricardo Gomes... Hay muchos, sería difícil seguir diciendo. También en el equipo nacional hubo muchos que a la gente particularmente no le dirá mucho porque son más antiguos. Pero lo realmente importante que sucedió en mi vida es que tuve la suerte de entrenar a todo tipo de jugadores: juveniles, juniors, de segunda división, de tercera, amateurs, en equipos grandes, medios, humildes, jugadores malos, de grandes cualidades, medias... Me encontré de todo en mi vida y eso es una experiencia que seguro que habrá muchos entrenadores que la tengan, pero no es fácil de tener para muchos. He tenido una vida muy rica, sobre todo por lo que he podido hacer en todos estos años.

-¿Cristiano o Messi?

-Cristiano tiene una historia interesante. Él tenía 16 ó 17 años y entró en un partido contra el Manchester que servía de inauguración del nuevo estadio del Sporting. Corría el año 2003. Él hizo un gol al Manchester y fue contratado. Creo que se podría haber ido al Barcelona, pero le fue bien ir a Inglaterra porque allí pudo progresar. No porque no hubiera podido haberlo hecho en el Barcelona, que tiene una gran cantera, sino por la cultura del país. Eso fue muy importante para él. Messi es lo contrario porque fue muy joven al Barcelona y es un jugador del Barça claramente, tiene su cultura, su casa, su familia del club aparte de la propia... Es un jugador identificado con el club a la perfección. No se puede elegir ni hablar de quién es mejor o peor, sino de dos jugadores geniales que son diferentes. Todo el mundo eligió a Cristiano un año y al año siguiente eligieron a Messi. Por tanto, han sido los dos mejores del mundo en los últimos dos años.

-¿Y Guardiola y Mourinho son los dos mejores entrenadores que hay en el mundo?

-Mourinho lo es porque en los últimos años es quien ha ganado más cosas. Y Pep ha hecho una cosa que no se va a repetir nunca, ni siquiera él mismo lo ha repetido. Él ganó las seis competiciones que había para disputar en su primer año como entrenador. Eso probablemente nunca se va a repetir. El año siguiente apenas ganó la Liga. Por eso los entrenadores no son tan importantes. Todos los entrenadores ganan y pierden. Al final de un tiempo, unos ganan más que otros y por eso son considerados los mejores y en los últimos años quien ha ganado más ha sido Mourinho. Además ha ganado en Portugal, en España y en Italia. Y tres trofeos internacionales. Habrá que esperar 20 años o 30 para que la historia diga quién es el mejor. Ahora pocos se acuerdan de Sacchi, muchos se olvidaron de Trapattoni, Capello, Lippi...

-El fútbol no tiene memoria.

-La historia contiene a todos, el momento es el que vivimos ahora. Es como un partido, cuando se acaba, ahí terminó la historia. Yo siempre digo lo mismo: lo que está terminado es museo. Cuando se habla con un jugador, te dicen mister, yo hice. Pero lo importante no es eso, sino lo que vas a hacer ahora. Es lo mismo que pasa conmigo. No interesa lo que hice. Así es la vida. No hay que tener ideas diferentes a la realidad. La realidad es muy rápida, amigo. Es como los fotógrafos, ahora tienen máquinas mejores. Antes no era así, ahora lo queremos todo más rápido, menos pensado, ése es el problema. Pensamos menos las cosas porque tenemos tiempo, menos tiempo para disfrutar las cosas. Es algo que se ha perdido.

-A usted le han firmado tres años, es una apuesta fuerte.

-Sí, pero en Oporto tuve cuatro años y era la primera vez en la historia del club que un entrenador estaba tantos años. Como también era la primera vez en el Oporto y en Portugal que un técnico ganaba la liga tres años seguidos. Pero eso terminó. Batí muchos récords en el Oporto, pero va a haber una nueva historia de gente que querrá pasar esas marcas. Lo que hice antes lo registro yo, pero si pierdo cinco partidos, nadie me verá igual. Ni a Pep ni a Mourinho. Tenemos la memoria pequeña y así son las reglas. Si lo sabes, vives más tranquilo, nada te va a sorprender.

-¿Le llega en buen momento el salto a España?

-Lo importante son las oportunidades que tengas. En mi vida he tenido una idea clara, que tenemos tres oportunidades en la vida: una no la notamos, la otra la dejamos pasar y tenemos una tercera que la agarramos o no. Si dejas pasar la tercera, ya no tienes más. Yo las oportunidades que tuve las agarré, porque tú como entrenador no puedes escoger lo que quieres, eres escogido. Si tienes tres propuestas, puedes escoger, pero si no...

-¿Es lo que le pasó con el Málaga?

-Me escogieron y me preguntaron. El proyecto me agradó, porque si no, no habría venido, no me habría motivado. Pero en este momento de mi vida entrenar es un placer, es lo que más me gusta. Tengo toda la capacidad para seguir. Si cualquier día siento que me aburro para entrenar, se acabó. Porque no admito que un profesional en su carrera esté aburrido para hacer aquí lo que tiene que hacer. Ni en jugadores, ni en utilleros, ni fisios ni un doctor. Y para mí mismo tampoco.

-Le preguntan mucho por qué cambió Oporto por Málaga, pero usted entrenó muchos clubes humildes.

-En Portugal entrené a los dos equipos más fuertes del país, Benfica y Oporto. Y en otros más pequeños hice un trabajo, pero no se nota, no se lee, no parece importante. Yo no he venido a Málaga a construir una carrera, porque eso ya lo hice hace tiempo. Yo he venido para el Málaga para vivir la experiencia que tengo.

-Y para construir un equipo.

-Lo que más he hecho en mi vida es construir cosas. En el mismo Oporto he padecido eso, tenía que construir un equipo nuevo cada año y ganar, y gané.

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