Jesús Gámez es el único de los jugadores que arrastran problemas físicos en la plantilla que podría jugar el sábado ante el Córdoba después de que las pruebas a las que se sometió descartaran una posible rotura fibrilar. El jugador sufrió en el entrenamiento previo al partido ante el Alavés un pinchazo en los isquiotibiales de su pierna derecha que presagiaba un plazo de recuperación de dos a tres semanas. Sin embargo, sus molestias han remitido e incluso Muñiz aseguró ayer que espera que juegue ante el Córdoba.

El caso de los otros tocados es diferente. Salva y Carpintero se someterán hoy a unas pruebas físicas que determinen el alcance de las roturas fibrilares que sufrieron el sábado. El delantero maño se podría perder entre cuatro y seis partidos, mientras en el caso del leonés el cuerpo médico blanquiazul es más optimista. Antonio Hidalgo, por su parte, tendrá que guardar reposo una semana más por la tendinitis que arrastra en su rodilla izquierda.

A las bajas por las mencionadas lesiones, se les unirán las de Paulo Jorge, que el sábado fue expulsado, y la de Weligton, que ante el Alavés vio la quinta tarjeta amarilla del campeonato.

Pese a todo, Muñiz minimizó ayer la importancia de las bajas y apeló a la profundidad de su plantilla: "No son lesiones importantes, pero conviene tener un bloque amplio. La victoria del otro día fue muy importante por la actitud de los futbolistas que juegan menos".