Tiempo atrás algún estudio estadístico en prensa deportiva destacaba que la presencia de un portero en las noticias obedecía, con distancia abrumadora, a más malos ratos que alegrías. Ayer en el Málaga los focos apuntaban a tres guardametas con protagonismo repartido, algo inaudito. Las buenas noticias, las de Kameni y Caballero. El camerunés llegó anoche a Málaga, y hoy hará su puesta de largo; al fin el club hizo oficial su llegada. El argentino, no estaba previsto que fuera noticia, renovó su contrato hasta junio de 2016. Sus alegrías son cuitas para Rubén, el tercero en discordia. Se le ha señalado la puerta de salida y entre él y sus representantes han de buscar una nueva casa. Tarea ardua de aquí al 31 de enero. A día de hoy, está más de cerca de quedarse que de irse.

Así que el aficionado tuvo entretenimiento ayer con sus tres porteros. Pasado, presente y futuro. Futuro para Willy Caballero. Tenía atada su carrera en Málaga hasta 2013, pero ya se ha asegurado seguir aquí hasta los 35 años. Por sorpresa, media hora después del anuncio oficial de la presentación de Kameni, el club envió un comunicado informando de su renovación por tres años más. Por la cercanía en el tiempo, pudiera interpretarse como un guiño al de Santa Elena por su decisivo error en Copa del Rey contra el Real Madrid; nada más lejos de la realidad.

Ciertamente, en el club andan más que encantados con Caballero desde que llegó el pasado mercado de invierno. Por su rendimiento deportivo, él fue el Baptista de la portería, por su implicación en el vestuario y su raigambre con la filosofía de la entidad. Su fallo ante el Madrid fue la excepción que confirma la regla. De hecho, este año agrandó el récord de imbatibilidad de cualquier portero de la historia del Málaga (lo subió a 479). Había una deuda de gratitud con él por los servicios prestados y en la agenda estaba mejorarle las condiciones contractuales. Kameni llega al equipo situándose entre los diez mejores pagados del vestuario y era de recibo para los dirigentes premiando el comportamiento del argentino con un contrato que mejora el anterior y le garantiza casi la retirada. Casi porque Caballero se cuida muchísimo y los miembros de su entorno ven su vida útil como arquero más cerca de los 40 que de los 30.

Por ello, ayer estaba exultante: "Estoy muy contento y agradecido al club por la confianza que me ha demostrado en todo momento. Me siento muy feliz e integrado a la ciudad de Málaga y este es un paso muy importante en mi carrera profesional. Espero seguir defendiendo los colores del Málaga con la misma ilusión y cariño que la afición me ha demostrado desde que llegué". También por Twitter, donde siempre se muestra activo, intentó acercarse al aficionado con mensajes de agradecimiento.

Es curioso, su rival de futuro por la titularidad, Carlos Kameni, también llega con el récord de imbatibilidad de la historia del Espanyol bajo el brazo (él algo más, 550 minutos). El camerunés aterrizó anoche pasadas las 21:00 y hoy, a partir de las 13:00, se enfundará alguno de los colores del muestrario de equipaciones de porteros del Málaga. Al fin el club dio oficialidad a los tratos con él. De paso, reveló que su contrato de dos temporadas y media incluye una cláusula para ampliar la vinculación otros dos años más según rendimiento. Quiere decir que, además con dos porteros de categoría contrastada, la portería quedaría bien cubierta hasta 2016. Buena noticia considerando uno de los problemas capitales en la base, la falta de fábrica de guardametas con porvenir.

En esa ecuación, la incógnita por despejar es Rubén. El Málaga quiere que se convierta en pasado en este mercado de invierno. Estar en la grada continuamente o encontrar un nuevo destino, aunque sea en cesión, es el debate planteado por los dirigentes al gallego. Por el momento, hay poco trasiego de los clubes en torno a él. Ha tanteado su situación el Valencia, que anda con la mosca tras la oreja por los problemas crónicos de Guaita en el brazo derecho. Pero, según trasciende desde el club ché, se piensa en incorporar a un portero joven que se quede en el filial y pueda atender alguna emergencia del primer equipo. En ese puzle, no es fácil encajar la pieza de Rubén.