zurich maratón málaga

Kenia, con puño de acero

  • Kiprop domina y dos segundos le apartan de pulverizar marcas

  • Su compatriota, Koech sí revienta el crono

  • Carretero, primer nacional

La oscuridad de la noche dejó paso a una claridad envidiable y a un sol añorado ahora hace 12 meses. Un clímax idóneo para que más de 3.000 atletas se patearan Málaga de cabo a rabo. Si hay que poner un pero, quizá ese viento a media mañana que jugó en favor del crono. No por previsto no debe sorprender el dominio de Kenia en pruebas de esas características. Mike Kripop y Nancy Koech disfrutaron del asfalto malagueño y campeonaron con puño de acero.

Menos numerosa que otras carreras de menos distancia, pero sin perder espectacularidad. La organización se fio a otras manos y se notó desde el inicio el hábito en estas lides. Lucía el Paseo del Parque sus telas de domingo y el dorsal 1 acaparaba decenas de objetivos.

Lima terminó como la primera fémina de la provincia, por delante de Sierra y CañadasOrtigosa, en su decimoctava prueba del curso, acabó octavo y segundo malagueño

Que también enfocaban a Álex, Álvaro y Jon, los tres niños que padecen ataxia telangiectasia. Eran protagonistas de fotografías que hoy ya son recuerdos de un día para no olvidar. A unos metros intentaban evadirse de la atmósfera un grupo de atletas en sillas de ruedas. Hablaban de la prueba que vendría, que por su parte sería de los grandes reclamos matinales. Se batirían en duelo Rafa Botello y Gustavo Molina durante más de 100 metros. La cinta azul acariciaría al primero, pero los aplausos sí se compartieron. Poco después Joaquín García ocuparía la tercera plaza del cajón.

Los que tiranizan la alfombra negra tienen el gusto de hacerlo desde el primer centímetro. Desde que el humo del pistoletazo inicial se hace imperceptible al ojo humano. No desentonó ese dorsal 1, que acaparaba la mirada de cientos de ojos. No por su llamativa vestimenta, sí por sus contundentes zancadas. Piernas de alambre y pulmones y cabeza de hierro. Mike Kripop se rodeó de dos gregarios que le aliviaron los 42.195 metros que quedaban por delante.

George Nyamori Onyancha y Benson Kimutai, teórica liebre del ganador, hacían de avanzadilla en los primeros kilómetros. Con la nada por delante, debía gestionar el trío keniata sus fuerzas. Tiraron a degüello y gastado el primer cuarto de carrera ya abrían hueco, rozando el minuto, con Gizaw Bekele, que oteaba tres manchas naranjas en el horizonte. El alcance ya solo era visual y nada más que 10 kilómetros habían corrido sus piernas.

Tres cuartos de prueba aguantó junto a sus compatriotas Onyancha, que se desgastó para cavar el socavón y su cuerpo le pasó factura. Alternó correr y andar y perdió la cabeza, aunque su labor estaba finiquitada. Acabaría noveno.

Quedaba la Zurich Maratón Málaga entre dos manos. Kripop o Kimutai. La paradoja es que el segundo facilitaba llegar fresco al primero al tramo final, por lo que la incertidumbre era mínima. Se quedaba un poco después la liebre ante la pujanza del primero, que exhibía cadencia y asustaba con sus tiempos. Cada paso acercaba el récord de la cita y la organización ya preparaba una llegada a la altura de la hazaña.

Cuando dejó atrás calle Larios y enfocó la meta las esperanzas decrecieron. Las miradas cambiaban continuamente del atleta al reloj y las cuentas no salían. Firmó un gran tiempo, aunque el récord se le esfumó por un suspiro, literal. Dos segundos que aguaron un triunfo insultante.

Poco después se abrazaría con su compañero, Kimutai, que de paso se adjudicó la plata. Bekele no bajó su pistón y abrazó recompensa, tercer puesto. La entrada de Bouramdane precedería a una de las estampas más bonitas de la jornada. El rojo de Javier Díaz Carretero enfilaba la recta final entre aplausos. Se confirmó el de San Pedro como el mejor español, por ende malagueño, de esta edición de la Maratón, en su estreno en la misma. Cinco minutos más tarde vería la meta su paisano Cristóbal Ortega, en su decimoctava grande de la temporada. Pedía perdón a los que lo esperaban, evidenciando su descontento con su actuación, gesto respondido con ánimos por los que se agolpaban en las vallas.

Sí le ganó el pulso al reloj Nancy Koech. Su gestión del kilometraje resultó encomiable para frenar el tiempo en 2 horas, 31 minutos y 55 segundos. Destrozando el récord, ya obsoleto, en casi 6 minutos para escribir su nombre en la historia de la carrera malacitana. Le acompañarían en lo más alto Naomi Nduta, que hizo la mayoría de los kilómetros en solitario. Y la danesa, olímpica en Londres y Río, Jess Draskau-Petterson cogería el bronce, siendo la única persona de raza blanca en ambos podios. Janine Lima, que subiría algo por encima de las tres horas, mostraría credenciales con su quinta plaza. Primera fémina nacional y de la provincia. De Málaga, Silvia Cañadas acabó la segunda.

La Zurich Maratón Málaga, con génesis a principios de esta década, sorteó apellidos y tribulaciones para buscar una consolidación. De momento, forma parte de la AIMS (Association of International Marathons and Distances Races), que le ubica dentro de las 350 carreras de larga distancia del mundo de mejor postín. Reúne clima y escenario para no perder ese privilegio. Cuestión de que se acumulen experiencias como la de ayer para hacerse aún un hueco más grande en el atletismo nacional e internacional. Todo en parte merced al dominio de Kripop y Keoch, que se escriben con K de Kenia.

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