El AK-47 es el arma de fuego más usada del mundo. Es un fusil de asalto creado en plena Segunda Guerra Mundial por Mijail Kalashnikov. AK son las iniciales de Andrei Kirilenko. Y el 47 es el número que ha llevado durante su década de carrera en la NBA. Kirilenko es el arma atómica de este CSKA, el jugador diferencial que convierte un equipazo en algo más.

Tras una década en Salt Lake City, sede de los Utah Jazz, Kirilenko es un jugador libre, no tiene contrato con ningún club de la NBA. Capitaneó la durísima transición de la franquicia tras la marcha de John Stockton y Karl Malone y no lo hizo nada mal. Asumió el rol de jugador determinante y llegó a ser All Star, siendo la cara de un equipo regular en play off antes de la llegada de Deron Williams, ahora curiosamente también en el Besiktas. Hombre capaz de hacer de todo sobre la pista. De meter de fuera, de subir el balón, de penetrar con rapidez, de jugar por encima del aro, de rebotear al nivel del mejor y de taponar con su tremenda envergadura. Un jugador completísimo en los dos lados de la pista.

Kirilenko fue el jugador más joven en debutar en la Liga rusa con apenas 16 años, en el Spartak de San Petersburgo. Fue reclutado por el CSKA poco después y allí jugó tres temporadas. La última a un grandísimo nivel, en la que llevó al equipo ruso, siendo un veinteañero, a jugar la Final Four de la Suproliga en aquella edición de la escisión FIBA-ULEB. Los Jazz se lo llevaron con 20 años tras ver su tremendo potencial.

Kirilenko es una celebridad en Rusia. Fue abanderado en los Juegos de Pekín después de conquistar el título de campeón de Europa ante España en Madrid. Está casado con Masha Lopatova, cantante de éxito e hijo de Lopatov, ex jugador de la URSS. En su día confesó que le permitía ser una vez al año infiel a su esposo. Ahora, Kirilenko juega en el CSKA y el dinero va a la Fundación que tiene el jugador para ayudar a niños pobres. En la última temporada ha percibido 12 millones de euros en Utah. O sea, que no le falta dinero. Kirilenko tiene opción de marcharse a la NBA si se levanta el lock out. Pero no la obligación, a diferencia de otros casos como Rudy Fernández, Gallinari, Ibaka... Como agente libre puede firmar por cualquier equipo de la NBA y es un hombre goloso porque llena huecos en cualquier equipo. "Me motiva, sobre todo, medirme a Kirilenko", decía Freeland antes de empezar la Euroliga. Es su día.