Copa de África

Libreville, de la tragedia a la gloria deportiva para Zambia

Entre bailes y lágrimas de alegría, los jugadores de Zambia entregaron la Copa de África a su ídolo, Kalusha Bwalya, que la levantó lo más alto que pudo mientras luchaba por contener las lágrimas.

El ex internacional de 48 años era el símbolo de un historia conmovedora. Zambia ganó por vez primera el domingo la Copa de África por 8-7 en la tanda de penaltis al gran favorito, Costa de Marfil, y Bwalya, actual presidente de la Federación, siguió desde la tribuna nervioso y crispado el emocionante desenlace.

La final se disputó en Libreville (Gabón), exactamente en el mismo lugar donde en 1993 halló la muerte casi toda la selección de los Chipopolo (bolas de cobre) en un accidente de aviación. Bwalya se salvó de la tragedia sólo porque en aquel entonces, como gran estrella del fútbol, jugaba en el equipo holandés del PSV Eindhoven.

"Queríamos honrar a los jugadores que murieron aquí. Me siento orgulloso de que lo hayamos conseguido", dijo el delantero Rainford Kalaba.

Bwalya, que declinó conceder entrevistas después de la final, depositó tres días antes de la final flores en la playa de Libreville, donde el aparato se estrelló en el mar poco después de despegar camino de un partido de clasificación para el Mundial contra Senegal.

Los 30 ocupantes perecieron, entre ellos 18 internacionales, entrenadores y la cúpula directiva de la Federación. Ese drama infundió fuerzas a sus sucesores 19 años después.

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