La incorporación total de Tiago Gomes al Málaga está siguiendo un proceso más largo de lo normal. Y, más que en el aspecto deportivo, donde el cuerpo técnico blanquiazul ha querido preservarlo de un posible problema muscular por el cambio tan radical que significan sus métodos de trabajo en comparación con los que venía haciendo en Portugal, el problema ahora es estrictamente burocrático. El centrocampista portugués no ha podido debutar con el equipo en partido oficial porque su club de origen, el Estrella de Amadora, no ha enviado aún al Málaga su transfer internacional, sin el cual Juan Ramón Muñiz no puede alinearle nada más que en los amistosos, como ocurrió la pasada semana en Marbella ante el Zenit de San Petersburgo.

"No me sentí triste por no ir a Córdoba porque sabía que no podía jugar pues el certificado [transfer] no había llegado aquí", reconoció ayer el propio futbolista a este medio. Según el representante del centrocampista luso, Sergio Ferro, "sólo queda un trámite que no se ha cumplido todavía". El agente de Gomes iba a más al reconocer que no era un problema que atañía directamente al Málaga, aunque al fin y al cabo sea junto al jugador el gran perjudicado. Parece ser que el Estrella de Amadora, tenedor del transfer, al cierrre de esta edición aún no había recibido los cerca de 250.000 euros acordados para ceder el 30 por ciento de los derechos del jugador. La entidad portuguesa necesita liquidez para pagar a sus jugadores, motivo por el cual decidió deshacerse de Tiago Gomes, la mayor promesa que tenía en la plantilla. Pero, quien debía afrontar las cantidades estipuladas en el acuerdo con el club luso, que es quien finalmente cedía al jugador al Málaga, no las había hecho efectivas.

De todas maneras, el presidente del Estrella de Amadora, Antonio Oliveira, aunque admitió los problemas existentes, se mostró confiado en que se encontrará una solución rápida y emplazó a que hoy se resolverían los problemas y mandarían el transfer del internacional sub 21. Así se cerraría esta extraña historia del jugador, que llegó a Málaga con todo acordado en la tarde noche del pasado 28 de enero, no estampó su firma con el club hasta tres días después y ahora espera el transfer.