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Marcar el territorio

  • Intenso Málaga y Valencia, necesitados de un triunfo contundente en Liga, miden su intento de reacción Isco Es el foco del encuentro y llega descansado, así como Joaquín y Saviola Golpe El que gane le comerá la batalla psicológica a su oponente

Sucede con este partido que Málaga y Valencia se ven a sí mismos como la presa perfecta; y ambos se sienten cazador. Quedan muchos revolcones por delante en Liga, lo cual no quita para la trascendencia del duelo. No se trata de tomar una ventaja clasificatoria insalvable, sino de una pelea en el callejón. Marcar el territorio. El vencedor tomaría un gran impulso para enderezar el rumbo, el perdedor pediría otra ronda de dudas.

Eran los nobles de la anterior competición, aquí abajo, en el duopolio terrenal. Fue intenso y bonito verles codearse en la puja por la tercera plaza en el tramo final. Ganó el Valencia. Solo para tener más vacaciones en verano. El Málaga necesitó un camino más largo para llegar al mismo bombo. Ahora se permite el lujo de hacer cábalas con los segundos más accesibles; los ché rezan para que el cruce de octavos de final no sea el Muro creado por George R.R. Martin. Y tiene a Isco, eso escocerá de por vida en Mestalla. Huelga decir que es el foco principal del choque.

El conjunto levantino lleva cojeando desde el inicio en Liga, el Málaga metió el pie en el charco el mes pasado y aún sigue manchado. Precisan el analgésico del triunfo. Con quien sea. Pero este es mucho más evocador, tres puntos propios, una coz a un rival directo. Ha quedado claro que la Champions es una bendición con acuse de recibo en el campeonato local. Dejar de oír las fanfarrias y cambiar escenarios de lujo por la rutina de casa vuelve a medir esa "exigencia mental" que solicita Pellegrini. Que haya una entidad como la valenciana delante reduce el contraste de motivación. Además, Joaquín, Saviola e Isco llegan con los músculos menos entumecidos.

Los de Pellegrino vienen de una victoria liguera devaluada por el factor arbitral y de un empate edulcorado en Europa ante el Bayern. Siempre intentando acoplarse al libreto de su nuevo entrenador, parece que cada vez más cómodos. Esta noche toca salto mortal: a la espina dorsal le faltan vértebras importantes: Soldado, Joao Pereira y Víctor Ruiz. Seguramente también Gago, que al final fue metido casi como un polizón en la lista de 19. Su Saviola, su Jesús Gámez y su Demichelis. Y su Toulalan, si el argentino termina quedándose fuera. Excusas de verdad en el bolsillo, tanto como las diez horas de vuelo del Málaga esta semana y dos entrenamientos de garrafón antes del choque.

Lo bueno es que llegan frescos los que tienen que dan el salto de calidad a la idea de juego. Isco y Joaquín, los mejores trucos de magia del Málaga, tienen la responsabilidad de revitalizar el ataque. El pacto es que los demás les den movilidad y huecos. Debe ser partido bonito. Con los blanquiazules en el papel protagonista y los ché esperando morder a la contra.

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