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'Mea culpa' y propósito de enmienda

  • Guillem Rubio reconoce no haber estado "a la altura" y pide "un poco más de continuidad" y "paciencia" para demostrar que "no se equivocaron al traerme"

De Manresa a Málaga, de un club con aspiraciones menores a otro con aires de Euroliga y elevados objetivos, de un rol principal a un papel secundario. Guillem Rubio parece no haber asimilado el giro que su carrera dio el pasado verano cuando el Unicaja fue a por él y le sacó del equipo en el que había desarrollado toda su trayectoria ACB. Una prometedora pretemporada dio paso a un decepcionante inicio de campaña y a una vertiginosa pérdida de protagonismo que le ha convertido en el último jugador de la rotación de Aíto García Reneses. Lo que comenzó siendo una oportunidad para subir enteros en la jerarquía del baloncesto nacional y continental se ha convertido en una pesadilla para el ala-pívot catalán.

Pero Guillem Rubio no se esconde. Pasa revista a sus primeros meses en Málaga y no vacila a la hora de reconocer que no ha estado a la altura y que debe mejorar. Reconoce que ha errado y ése es el primer paso para salir adelante. "Durante todo este tiempo he pasado un poco de todo. Ha habido momentos de decepción y de frustración. Ahora soy consciente de que las cosas no me han salido todo lo bien que quería y que no he estado todo lo acertado que debería. Ahora tengo que empezar de cero, intentar convencer al entrenador y, sobre todo, creer en mis posibilidades, en el jugador que soy e ir para arriba", explica el catalán.

Rubio apunta varios aspectos que le han podido llevar a la actual situación, como la falta de confianza y la ansiedad, y no se extraña de que haya otros compañeros que jueguen más que él: "Al principio, el entrenador no tenía mucha confianza en mí y yo no supe estar a la altura en esos momentos. Cuando he tenido la oportunidad no he estado a la altura y han salido compañeros que lo han hecho muy bien. Poco a poco he ido perdiendo la confianza y ha habido jugadores que han ido saliendo y lo han hecho mejor que yo y es normal que jueguen ellos. Ha habido momentos de ansiedad, de querer hacerlo tan bien que lo que hacía era justamente lo contrario". Unos condicionantes a los que se unió el mal inicio del equipo y el ambiente enrarecido que se vivió desde el principio. Las circunstancias tampoco han sido las mejores: "Ha habido muchos altibajos en los que el equipo no acababa de funcionar. Con el 0-5 del inicio la gente no estaba del todo con el equipo. Creo que no me ha beneficiado el hecho de encontrarme con una situación diferente a la que quizá esperaba. El equipo no jugaba bien, yo tampoco… Las circunstancias no han ayudado".

Su vida como cajista no es, de momento, como se esperaba pero el de Terrassa asegura que "en ningún momento" se ha arrepentido de su fichaje por el Unicaja: "En su día tomé la decisión de venir a Málaga y asumí las consecuencias que conllevaba el estar aquí. En ningún momento me he arrepentido, más bien todo lo contrario".

El ala-pívot mira hacia adelante e intenta convencer al técnico con su trabajo diario. "Estoy intentando hacer lo que él me pide", comenta. ¿Y qué le pide? "Sobre todo más intensidad, concentración y tranquilidad a la hora de jugar. Que no esté tan ansioso, que no quiera ir a todo y quiera hacerlo todo bien", responde. Para lograrlo dice tener el apoyo de un vestuario cuyo trato "es excelente". ¿Pero se verá en Málaga al Guillem Rubio de Manresa?: "Ojalá. Espero tener alguna oportunidad más y poder demostrar el jugador que soy. Necesito un poco más de continuidad. Estoy desilusionado por no haberme adaptado todo lo rápido que hubiese querido, pero me quedan dos años más de contrato y hay que enfocarlo con optimismo".

Pero no todo han sido sinsabores en los seis meses que lleva en Málaga. Confiesa que le ha sorprendido favorablemente "el ambiente que se respira en el pabellón" así como las facilidades que el club da a la hora de trabajar: "El jugador no tiene que preocuparse de nada, sólo de entrenar y de jugar". Rubio pide "paciencia" y lanza un mensaje a la afición: "Quiero que sepan que estoy trabajando al máximo para poder demostrar que no se equivocaron al traerme a Málaga". Mea culpa y propósito de enmienda. Es su fórmula para salir del túnel.

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