tenis lAbierto de Australia

Nadal ya se acerca a Nadal

  • El español fuerza la rendición de un enorme Federer, al que vuelve a batir por 6-7 (5-7), 6-2, 7-6 (7-5) y 6-4 · Djokovic o Murray será el rival del balear en la final

En una sublime noche de tenis, Rafael Nadal derrotó a Roger Federer para avanzar a la final del Abierto de Australia y luchar este domingo por su undécimo título de Grand Slam.

El número dos del mundo se impuso por 6-7 (5-7), 6-2, 7-6 (7-5) y 6-4 en tres horas y 42 minutos de batalla y se jugará el primer título grande de la temporada ante el ganador del choque de hoy (9:30, hora española) entre el serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray.

Nadal, que encadenó su cuarta final de Grand Slam consecutiva, ha derrotado a Federer 18 de las 27 veces que se enfrentaron. El impactante partido de ayer se abrió con un Federer celestial. Lo que jugó el suizo en los primeros compases del partido fue el tenis perfecto: con gran movilidad e impactando la pelota con una limpieza que tiempo atrás había perdido, apretó el acelerador para quebrar el servicio de Nadal en el segundo juego y adelantarse 3-0 y 4-1.

Con la derecha mandaba, pero con el revés encandilaba. Había de todo: secos reveses paralelos o dúctiles y cruzados con top spin; filosas derechas con slice, contundentes saques y voleas a las líneas. Y muchas dejadas. Nadal, atrapado en el fondo, era maltratado por el suizo, que parecía encaminarse a una victoria contundente en el set.

Pero Nadal es Nadal, el hombre que nunca se rinde, el jugador de los tiros imposibles y el despliegue físico que linda con el absurdo, el joven de la mente que no claudica.

Federer se redimiría un poco después, con un toque de jerarquía, una media volea de revés para quedar 6-3, con tres set points a favor en el tie break. Nadal salvó dos con su saque, pero no pudo con el tercero.

"¡Yeaaaahhh...!", gritó Federer apretando el puño tras los 56 minutos de lucha.

Envalentonado, el número tres del mundo quebró en cero el saque del español en el inicio del segundo set. Con 7-6, 1-0 y su saque, estaba en su mejor momento. Pero Nadal le devolvió la gentileza, y el juego del suizo se disolvió en la misma medida que creció el de Nadal. Ni siquiera los fuegos artificiales del Día de Australia que paralizaron el partido durante 15 minutos -ambos se fueron al vestuario- cambiaron las cosas, porque el español regresó con ventaja de 5-2 y remató quebrando en blanco el saque de su rival.

El tercer set fue extraño, con altibajos y dominio alterno. Federer quedó 0-40 con dos dobles faltas seguidas, pero ganó finalmente ese saque con dos dejadas consecutivas para adelantarse 1-0 y poner fin a 11 puntos perdidos al hilo.

El suizo dispuso de ventaja de 4-3 y su saque, pero Nadal recuperó quebrando. El tie break mostró a Federer errático, y sólo reaccionó al verse 1-6 abajo. Salvó cuatro set points, pero en el quinto Nadal lanzó una derecha invertida que no pudo controlar: 7-5 y dos sets a uno para el español.

En la cuarta manga, el suizo tendría un punto de ruptura para adelantarse 5-3, pero arriesgó y tiró la derecha afuera. Nadal se llevaría ese juego y, con 4-4, la tensión en la fresca y algo ventosa noche de Melbourne era ya extrema. Federer salvaría un break point, pero no el segundo. Con 5-4 y saque, Nadal tenía el pase a la final en sus manos.

Un primer match point se le escapó con un revés cruzado ante el ataque de Federer. Dos puntos de ruptura se le escaparon al suizo y el español no perdonó: derecha larga del helvético. Nadal lo celebra de rodillas, ojos cerrados y espalda arqueada como si fuera campeón, multiplicando la piel de gallina en todo el planeta tenis, sacudido aún por lo que acababa de ver.

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