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Nadie encuentra el interruptor

  • El Málaga vuelve a chocar contra su incapacidad ofensiva y continúa sin encontrar el camino que le lleve hacia el gol. El equipo encajó los dos tantos en un minuto y eso lastró su reacción, a pesar del acierto posterior de Edinho

Al Málaga se le repite el mismo sueño, ése en el que uno corre y corre pero no se puede mover del mismo sitio. Lo peor es que, al abrir los ojos, ve que la pesadilla es su realidad clasificatoria. Ya son casi dos meses así y no cesa esa angustia de ver que, por más que uno intenta salir de ella, la historia siempre acaba igual. El equipo de Muñiz no encuentra ni la puerta de salida ni la forma de buscarla. No llega el gol que ponga el marcador a favor, ni el héroe que meta los goles, ni el futbolista que saque con sus botas al equipo de su atolladero ofensivo. A día de hoy, el Málaga es la misma imagen de la impotencia, es ese doble remate de Weligton bajo palos que no quiere entrar.

Desde un punto de vista táctico, esa impotencia también se vio claramente. Muñiz empezó con su clásico 1-4-2-3-1 y acabó con cuatro delanteros, dos de ellos camuflados en las bandas (Forestieri y Albert Luque). Entre tanto, ubicó a Benachour como mediapunta y como mediocentro; hizo jugar a Juanito como pivote y como central; llegó a actuar con un sistema de tres defensas; acabó cambiando a Duda de una banda a otra y luego al centro en busca de un conductor que no aparece. En 90 minutos no pudo dar más vueltas en busca de la tecla adecuada, pero nadie pudo (supo) pulsarla. Ni él ni los jugadores. Porque, pese de todas esas variantes, el camino más habitual hacia el gol siguen siendo los centros de Duda, que a fuerza de tanto repetirse le están convirtiendo en un jugador previsible, en una mera catapulta que busca demasiados milagros en el interior del área.

El aficionado se fustiga por la falta de munición, cuando más bien parece que es un problema del circuito para llegar a los delanteros, de la incapacidad creativa que está mostrando el equipo. Juanito está más dedicado a tapar boquetes (lo está haciendo muy bien) que a ofrecer soluciones; Xavi Torres está muy lejos de las expectativas que despertó en verano y sigue eclipsado por su compañero en el doble pivote; Benachour alterna inspiración y pifias y Muñiz ve aún muy joven a Edu Ramos como para sacarlo a la lona. Todos los lamentos conducen a Apoño, pero el malagueño aún no está, ni tampoco la esperanza de cambio que en él ha depositado la grada. Por banda, lo dicho, la matrícula de Duda ya se conoce; su opuesto, Valdo, sigue trabajando mucho pero sin ofrecer soluciones con continuidad. Y los recambios a los que recurre Muñiz no reactivan. No parece haber ni un Sandro ni un Eliseu. Albert Luque, la carta de la afición, es puro corazón y entrega, pero aún le falta una marcha más para ser el que tanto él como los seguidores quieren que sea.

Edinho, que ayer recibió el testigo de la esperanza por su actuación en Jerez y su gol con Portugal, tampoco fue esa brisa de aire fresco. Vaya en su descargo que fue una de las víctimas de los cortocircuitos del equipo en las transiciones ofensivas y que fue el único en salirse de tanta espesura con un buen zurdazo de primeras ante el que nada pudo hacer Diego Alves. Se mostró bullicioso pero despistado y Chico le ganó siempre la partida a excepción del gol. Quizá sea más justo enjuiciarle cuando el equipo empiece a encontrar un buen método para meter mano al rival.

La situación huele a chamusquina porque a esta incapacidad de cada domingo se unen errores puntuales que arruinan los partidos. Ayer le tocó a Iban Cuadrado, que, irónicamente, hasta su fallo estaba a un nivel sólido. Pero el 0-2 fue una losa pesadísima, por más que muchos recordaran la génesis de la remontada de la pasada campaña. Igual Muñiz echó de menos tener a Salva en el banquillo.

Árbitro: Mejuto González (asturiano). En su partido 248, con el que se convierte en histórico de la Liga, fue el mismo de siempre: siguió de cerca las jugadas, estuvo correcto en la aplicación del reglamento, fue condescendiente al ahorrar alguna amonestación tonta y todo ello con su habitual gestualidad chulesca.

Tarjetas: Amarillas M'bami (4'), Bernardello (20'), Duda (22'), Iban Cuadrado (44'), Manu (74'), Weligton (80') y Acasiete (94').

Goles: 0-1 (39') Domingo Cisma. Sensacional golpeo de falta directa del lateral ante el que nada puede hacer Munúa porque se cuela por su escuadra izquierda. 0-2 (40') Soriano. Piatti le roba la cartera a Ibán Cuadrado y asiste a Soriano, quien, solo dentro del área, bate por bajo al cancerbero uruguayo. 1-2 (69') Edinho. Combinación entre Forestieri y Baha que acaba con asistencia del franco marroquí y zurdazo de volea del luso por bajo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la séptima jornada de la Liga BBVA disputado en La Rosaleda ante 22.215 espectadores, según informó el club por los videomarcadores. Se guardó un minuto de silencio en la memoria de Josefina Larramendi, abuela de Roberto Santamaría, así como del carismático periodista Andrés Montes.

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