Desde que regresó de la Copa de África ha conseguido el doble de goles que los que llevaba cuando se fue allí. Su golazo en Chapín ya no es el único. Ahora sus participaciones hablan de un delantero reconciliado con la mayor de las artes del fútbol. Sus méritos con el Málaga son dos tantos seguidos, el espectacular contragolpe en Santander nada más pisar El Sardinero y su oportunista diana de ayer. A eso se debe unir su gol en la final de consolación de la Copa de África. Es decir, tres en sus últimos cuatro partidos. Empieza a ser ese delantero definitivo que el Málaga quería incorporar como cedido del Inter de Milán.

"Estoy contento por mi momento actual y estoy disfrutando de mi primera temporada aquí", dijo ayer. Se le nota: desde su regreso de Angola se le nota más participativo con sus compañeros, redobla esfuerzos por traducir sus conocimientos de italiano en español y hasta se le nota más risueño en sus comparecencias públicas. Ayer hasta se permitió bromear con la particular celebración a base de volteretas que exhibió en Santander. "Recibí un buen pase de Manu [risas] y tuve suerte, pero estuve en el sitio adecuado. Quise hacer volteretas, pero cuando marqué iba a celebrarlo y se metió Fernando por medio para abrazarme y con la alegría de todos ya no pude", explicó en un cada vez más inteligible español.

El optimismo del nigeriano es tal que no duda en afirmar que su racha, junto con la del equipo, puede seguir en el estadio del Barcelona, a día de hoy casi inaccesible (sólo el Villarreal ha podido puntuar allí en esta Liga). "En el Camp Nou se puede conseguir al menos un punto, pero es muy difícil. Todo el mundo sabe cómo juega este equipo, pero nosotros iremos al Camp Nou con la misma concentración y esperamos sacar al menos un punto. De hecho, me encanta el Camp Nou, será la primera vez que voy y me estoy preparando mucho", manifestó.

Quizá sí lleva sus volteretas al campo del líder tendrá algún motivo para hablar más aún con su familia, con la que en todo momento está en contacto para contarle sus bonanzas. "Hablo mucho con ellos. Ven todos los partidos, sobre todo mi madre. Me llama como cinco veces al día para ver cómo me va, está muy cerca de mí", aseveró ayer.