Santander lleva varios días congelada. El frío se ha sentido más en el interior que en la costa, pero en menos de 48 horas El Sardinero se quedó más congelado que el pueblo más castigado de la comunidad. El Atlético apagó los delirios de gesta en la Copa del Rey y el Real Madrid hizo oficial que le roba a su perla Sergio Canales para el próximo año. Y tras esa decepción queda una cruda realidad: defender una permanencia que, pese a que tras la era Mandiá parece más probable, aún necesita el alimento de muchos puntos. Ahí llega el Málaga, a un lugar que hoy precisamente no tendrá pinta de fiesta sorpresa y comandado por Juan Ramón Muñiz, a quien por estas tierras le colgaron el cartel de aguafiestas.

Dicen desde Santander que los malos ratos de la afición con Muñiz se fueron transformando progresivamente en la indiferencia con la que hoy se prevé su recibimiento (para muchos integrantes del vestuario local sí que fue especialmente sabroso vencer 1-2 en la ida a Muñiz). En cualquier caso, ese morbo no deja de ser el envoltorio de un partido que encierra mucha miga.

Sobre todo, desde un punto de vista clasificatorio. Vencer en El Sardinero supone coger por el cuello al Racing y volver a meterlo de lleno en el barro. Más que una opción para poner tierra de por medio con el descenso, la oportunidad que tienen enfrente hoy los de Muñiz es la de inmiscuir a más conjuntos en la pelea. Además, la jornada vuelve a deparar enfrentamientos directos (sobresale el Valladolid-Zaragoza) y partidos duros para los de abajo.

El mano a mano entre cántabros y malaguistas vendrá regado por un montón de ausencias para cada uno, sobre todo en la zaga. Portugal se queda sin Morris (el surafricano fue el verdugo en La Rosaleda), Henrique, Christian y Crespo, prácticamente su defensa tipo. Jesús Gámez no terminó de dar buenas sensaciones ayer por la mañana y se quedó en tierra con Iván (sancionado) y Mtiliga (lesionado). Será como una partida de ajedrez sin torres por parte de ambos bandos. Por tanto, esta tarde estarán a prueba de bombas la racha de los santanderinos, que no caen en Liga desde el 20 de diciembre, y la fortaleza rocosa del Málaga, que ha dejado la meta a cero en tres de sus últimos cuatro partidos.

Muñiz desembala a Albert Luque, que en las últimas dos semanas se ha quedado fuera de la convocatoria para, según se desprende desde el entorno del técnico, purgar un comportamiento alejado de la exigencia de la competición. Más sorprende la inclusión de Valdo, desahuciado hace mucho tiempo pero, a juicio del entrenador, útil hoy para hincar el diente al Racing. El leonés se está entrenando bien y en El Sardinero no sufrirá las pitadas que vive en Martiricos.