Liga bbva

Orgullosas vacaciones (0-1)

  • El Málaga cae en un partido en el que dio todo y estuvo negado de cara a puerta frente a un rival que optimizó al máximo su rácano fútbol La permanencia puede ser matemática ante el Rayo

Esos partidos a pleno sol en La Rosaleda recuerdan siempre la inminencia del final. Y los finales felices, que por aquí pasan por celebrar ascensos y permanencias. El término del campeonato se avecina, de nuevo se va la Liga. Por suerte, el Málaga volverá a estar en ella otro año más. Suena a poco tras una derrota en casa o ante el opulento sueño de la Europa League. Pero es el mejor éxito de cada temporada en blanco y azul mientras la modestia siga siendo la bandera. Será la novena permanencia consecutiva, que se lo digan a los mayores ahora que se conmemora el 75º aniversario del primer encuentro en Martiricos. Perdió el Málaga. El partido y el sueño definitivo de Europa. Sin embargo, en apenas 48 horas dispondrá de su primera opción matemática para sellar la salvación. Ya se puede poner el   champán a enfriar. 

 

El Málaga es de Primera, algo que hay que valorar no desde la impotencia para ganar partidos de las últimas semanas, sino desde el sufrimiento estigmatizado hace una vuelta, cuando el equipo era colista y sus constantes vitales no auguraban nada bueno. El fondo de armario no da para pelearle a Celta o Athletic, por más que ayer los bilbaínos canjearan por tres su racanería y fatiga. El Málaga sabe jugar bien, y lo ha hecho, tanto el año pasado como éste, pero para este equipo meter un gol es como ganar una batalla. Esa carencia es la que diferencia entre equipos de primera y segunda fila. Por eso la Europa League se quedará larga. Su orden y capacidad de sacrificio son los que firman las permanencia, los que diferencian a los que se hunden en el descenso con los que saben superar las adversidades. Por eso el equipo salió del pozo. 

 

Un Málaga de mayor presupuesto y alternativas podría pelear mejor de lo que ya lo hace encuentros como los de ayer. El Athletic venía casi en pepitoria, cansado del tremendo esfuerzo para forzar la prórroga en Sevilla y acusando el mazazo moral de la eliminación y sus sensibles bajas. De Aduriz a Viguera hay un mundo, como de un Ferrari a un tractor. Con una defensa que hizo aguas, sin capacidad para enhebrar juego. ¡Incluso perdiendo la mayoría de duelos aéreos! El equipo de Gracia, de buenos fundamentos e intenciones, reuniendo todos los argumentos que tiene, que no son muchos, hizo lo que el aficionado le debía exigir para conseguir el triunfo. Era uno de esos días de puntería ciega que suele acabar en empate a cero, si bien los saques de esquina se volvieron a aparecer en el camino del Athletic como una lámpara mágica. Raúl García, ese futbolista que todo aficionado quiere en su equipo y no soporta en su contra, le dio a su equipo un triunfo que aún no sabe bien cómo encontró. El Málaga, por cierto, ha pasado de no encajar goles en córners durante 30 jornadas a recibir dos en tres encuentros. La tuvieron de manera clara Recio, Juanpi, Cop y Charles por dos veces. Pero no se dio para convertir, como reza el tópico argentino. 

 

De algún modo, el equipo de Gracia ya está de vacaciones. Lo estuvo desde que la permanencia fue virtual y se liberó de ese pesado lastre que es la presión del descenso. No ha renunciado a jugar, a intentarlo, a dar la cara. Pero ha perdido la velocidad punta.  La situación actual le coloca en una horquilla de posibilidades que va desde la octava a la decimocuarta plaza. La diferencia de puntuación entre la cima y el suelo será mínima, aunque sí sustancial de cara al reparto de los derechos televisivos. Así que quedan cinco jornadas para luchar por dinero, literalmente. 

 

El cansancio hace mella y será la principal lucha en estos partidos. A Charles se le ha ido la punta de inspiración después de tantos y tantos kilómetros. Recio anda demasiado guadianesco, también porque Camacho está ahora en su versión más humana. Quizá la imagen final de este Málaga sean las carreras del Chory Castro. Se ofrece y lo intenta, pero va a por cada balón y parece que se va a caer al suelo del esfuerzo. Así es este Málaga, que da todo lo que tiene y todo lo que tiene no le da para más de lo que hay.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios