El nuevo ídolo del Real Madrid es alemán, tiene 21 años y se llama Mesut Özil, quien apenas tardó dos semanas en seducir a su nueva hinchada con su fútbol vertical y su sentido de la estética.

Fue el último fichaje del Real Madrid y llegó a España sin hacer ruido. La afición blanca apenas le conocía por sus buenas actuaciones en el Mundial y José Mourinho, el técnico del Real Madrid, avaló su contratación.

Florentino Pérez, presidente del club blanco, peleó su fichaje al tratarse de un futbolista muy de su gusto: media punta, ágil en el trote, estético, técnico, rápido...

El Werder Bremen luchó por obtener el mejor precio y se llevó 15 millones de euros por un futbolista que terminaba contrato el año siguiente. Tampoco era mala operación para los alemanes. Mientras, la prensa de Barcelona publicaba que Guardiola había desestimado su fichaje.

Lo cierto es que Özil ha tardado muy poco en conquistar el aprecio del estadio Santiago Bernabéu. Ya fue el jugador más aplaudido el sábado durante el soso triunfo por 1-0 ante el Osasuna, pero todavía brilló más durante el encuentro jugado el miércoles ante el Ajax de Amsterdam en Liga de Campeones. El Real Madrid venció por 2-0 y jugó mejor de lo esperado, con Özil como protagonista del despliegue ofensivo de los blancos. La hinchada aplaudió la mezcla de concreción alemana y fantasía mediterránea del jugador de origen turco.

Fue curioso ver a Kaká presenciando la actuación de Özil desde un palco del estadio. El brasileño no podrá jugar hasta enero y se no le será fácil regresar al equipo titular si Özil sigue a este nivel, a no ser que Mourinho se invente una pirueta táctica.