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Panchi, la gran incógnita

  • Al base le está costando adaptarse al exigente reto que para él supone relevar a McIntyre y debutar en la élite europea · Aíto confía ciegamente en el uruguayo, pero en el club ya surgen las primeras dudas

Fue el fichaje sorpresa del verano. En pleno mes de julio, el Unicaja anunciaba la contratación por una temporada de Gustavo Javier Barrera Castro, Panchi Barrera en el mundo de la canasta. Un base uruguayo que había despuntado años atrás en la cantera del Joventut como aliado perfecto de Rudy Fernández pero que tuvo que regresar a su país tras estar casi dos años sin poder competir por problemas con el pasaporte y no ser capaz de consolidarse en su posterior trayectoria por la categoría de plata.

Fichaje de bajo coste que permitía invertir en otros frentes y que llegaba con el OK del propio Aíto García Reneses. El técnico quedó prendado de Panchi en Badalona y le bastó poder tenerle a sus órdenes de nuevo durante la semana en la que se ejercitó con el Unicaja el pasado mes de marzo para apostar definitivamente por él. El reto del base, sin embargo, no es fácil. Ya se sabía en verano y está quedando ratificado en los primeros partidos de pretemporada, en los que no termina de cogerle el pulso al equipo y se muestra timorato.

Barrera tiene la difícil misión de salir a la pista cuando se sienta McIntyre, uno de los mejores bases de Europa en los últimos años. Mantener la fluidez y el ritmo ofensivo cuando el norteamericano descansa en el banco no es nada fácil y el suramericano está sufriendo para lograrlo. En los seis partidos que ha disputado hasta ahora con la camiseta cajista, Barrera ha dejado pinceladas de las que parecen sus grandes virtudes: buena visión de juego y facilidad para asistir. Pero también algunos de sus defectos. No parece un gran manejador del balón, transmite cierta inseguridad y le cuesta mucho mirar el aro, aun en posiciones favorables. En tres de los seis encuentros se ha marchado sin anotar y sólo en el del pasado lunes, el que más minutos ha disputado, alcanzó los dobles dígitos.

Es labor suya y del cuerpo técnico que vaya adquiriendo la solidez necesaria para dirigir a un equipo como el Unicaja. Aíto confía ciegamente en sus posibilidades, es su apuesta, sin embargo en el club ya surgen las primeras dudas respecto al rendimiento que pueda tener durante la temporada. De hecho, hay quien se plantea la opción Cabezas como una posible solución. Aún están muy recientes los problemas que la posición de base deparó a lo largo de la pasada temporada y se teme que una lesión de McIntyre deje al equipo demasiado cojo en esa ubicación.

La hora de la verdad aún no ha llegado. Panchi deberá ganarse el crédito en la pista, pero lo que parece claro es que, a día de hoy, su rendimiento es una incógnita.

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