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Primeras críticas al juego del Barça en la era Guardiola

  • Mientras la prensa de Barcelona especula, el técnico dice: "Sé por qué no jugamos bien"

El fútbol del Barcelona sufrió ayer las primeras críticas de la era Guardiola, toda una novedad después de un año y medio cosechando elogios. Johan Cruyff destapó la caja de los truenos, el propio Guardiola reconoció el mal momento y hasta la prensa catalana se pregunta: "¿Qué está pasando?".

El nivel mostrado por el equipo azulgrana fue tan excelso que ahora sorprende cualquier atisbo de grieta. El equipo es líder de la Liga y tiene pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones, pero eso no parece suficiente. El Barça consiguió un provechoso empate en el campo del Stuttgart (1-1). Pero las sensaciones que dejó, especialmente en la primera parte, no fueron buenas.

Así lo reflejó ayer la prensa de Barcelona. "El equipo está en horas bajas, sin chispa, sin profundidad, sin remate a gol. Guardiola tiene un problema", afirma Sport. "Es deplorable que el campeón se vea retratado en Alemania por un jugador secundario llamado Cacau", añade Mundo Deportivo.

Las dudas comenzaron con la derrota por 2-1 ante el Atlético y se reavivaron pese a que el Barça goleara por 4-0 al Racing. Todo este aluvión de reproches tuvo su capítulo más importante el lunes, cuando Cruyff dijo en El Periódico de Cataluña que el partido ante el Racing "fue el peor de la era Guardiola".

Hasta Guardiola asumió como suyas las críticas de Cruyff y tras el partido ante el Stuttgart se mostró lo más contundente posible: "Tenemos que mejorar para aspirar a ganar las cosas".

Ahora, todos los analistas se esfuerzan en encontrar explicaciones: unos dicen que el equipo juega con lentitud, otros argumentan que hay futbolistas en baja forma, algunos reprochan falta de intensidad en los partidos y tampoco faltan los que hablan de lesiones como las de Daniel Alves. "Sé por qué no jugamos bien", aseguró Guardiola. Pero envuelve las causas del mal juego en un halo de misterio muy propio de su figura.

La ventaja del Barcelona es que su eventual bajón no tiene reflejo en los resultados, que siguen siendo óptimos. Pero sus hinchas comieron caviar y ahora les cuesta digerir otra cosa.

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