Se acabó. El Puerto Malagueño agotó sus opciones de permanencia y dijo adiós a la categoría a falta de dos jornadas para el final del campeonato. Los pupilos de Juan Manuel Liñan Tito cayeron en Segalerva ante el Fuengirola Los Boliches por 2-3, en un partido que fue un calco de lo que ha sido la temporada para la escuadra portuista: falta de gol y consistencia defensiva, dos ingredientes que se volvieron a unir para certificar un descenso que sobrevolaba Segalerva. Atrás quedaron los fichajes de urgencias, la itinerante promoción de jugadores de las categorías inferiores y un cambio de entrenador. Medidas que sólo han acelerado la descomposición de una plantilla incompleta, a la que la cúpula deportiva de la entidad no ha sabido poner fin.

El inicio del encuentro dibujaba dos equipos plagados de ausencias. Consumidos los primeros minutos, el Puerto Malagueño asumía el control del partido, aunque no lograba transformar su dominio en ocasiones de gol. La ansiedad por adelantarse acabó pasándole factura a la escuadra portuista. El Fuengirola se adelantó antes del descanso y, una vez reanudado el encuentro, aumentó su ventaja con un nuevo gol que dejaba a los locales al borde del desastre.

El paso de los minutos jugaba en contra de los portuistas, llegaban los últimos 30 minutos de partido y las esperanzas se esfumaban. La entrada al terreno de juego de Isra Ávalos y la ingenua expulsión del visitante Rubén Blanco posibilitaron un reacción que apunto estuvo de dar sus frutos. Un gran remate de cabeza de Isra Ávalos y una falta directa ejecutada magistralmente por Antonio Muñoz igualaban el marcador. Los últimos minutos fueron un asedio local. El Fuengirola Los Boliches no reaccionaba y cuando todo parecía indicar que la remontada era cuestión de minutos, llegó el mazazo. Un contraataque visitante en el tiempo añadido dio la victoria al Fuengirola y consumó el descenso local.