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El Real Madrid cumple

  • El conjunto blanco se coloca líder de su grupo tras sumar dos victorias en otros tantos encuentros en casa · Ahora debe visitar al Maccabi y al Zalgiris seguidos

El Real Madrid ultimó los preparativos para buscar fuera de Vistalegre un impulso que le acerque a la Final Four en las exigentes canchas del Maccabi Tel Aviv y del Zalgiris Kaunas, destinos que afronta con dos triunfos en otros tantos encuentros y un expediente casero inmaculado, tras vencer ayer al Olympiacos por 80-70.

Los blancos ya palpitan al ritmo necesario. El padecimiento de la semana anterior contra el Zalgiris, inapelable en casa frente al Maccabi Tel Aviv israelí (101-82) en una demostración del verdadero potencial báltico, dejó paso a una salida arrolladora y a una tarde intensa, aunque altamente productiva, para los madridistas.

Los titulares del terreno dominaron los nervios cuando los rojos trataron de buscarle las cosquillas embarullando el partido, al inicio del tercer tramo, y eso les permitió hacer valer su mejor trabajo.

Bullock, Tunceri y Mumbrú, de nuevo incisivo en el juego al poste bajo, enseñaron los dientes del campeón ACB al bloque que acaba de ponerse a trabajar a las órdenes del irrepetible Giannakis. Los griegos venían de caer sin discusión frente a su gran rival nacional, el Panathinaikos, y se encontraron con un recibimiento intimidatorio: tres triples seguidos (9-0).

Mumbrú sumó nueve puntos en el primer cuarto y, entre el desconcierto provocado por los triples iniciales y la seriedad global de los blancos, también muy efectivos en el rebote ofensivo con Sekulic y Hervelle, el cuadro ateniense cerró el primer cuarto sin duda alguna de lo caro que resulta hacer diana a domicilio en esta competición (27-14).

Un triple de Charles Smith colocó la ventaja en 15 puntos al comienzo del segundo corte (29-14) sin que todavía hubiera noticias serias del Olympiacos. Woods y unos cuantos retazos aislados consiguieron que los griegos entrasen de nuevo en la brega. Un parcial de 0-8 estrechó la ventaja local a cinco puntos (38-33 m.18), pero el Madrid respondió con tranquilidad (45-35 al descanso).

Las cosas marchaban torcidas para los de El Pireo. Y aún empeoraron tras un altercado entre Marc Jackson y Bullock. El Madrid recuperó los 15 puntos de ventaja (58-43). Pero, sobre todo, acogotó al Olympiacos. Jackson perdió la concentración y arrastró a todo su equipo detrás de él. Si el estadounidense se hubiera dedicado a jugar el decorado podría haber cambiado. Giannakis templó los ánimos como pudo, pero la suerte ya estaba echada.

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