84 días después de disputar su último partido, Saúl Blanco vuelve hoy a disfrutar de la rutina que precede a la celebración de un encuentro. Toca viajar a la fría y lejana Kaunas. Para el asturiano, un mal menor cuando de lo que se trata es de volver a sentirse jugador de baloncesto. "Ha sido una espera larga y ya veo la luz al final del túnel. Ya llevo dos semanas entrenando con el resto de jugadores a buen ritmo, con buenas sensaciones, sin ningún problema y espero que sea así hasta final de temporada", asegura.

El alero lleva ya varios días ejercitándose con normalidad tras poner fin a una rotura de fibras que acabó alargándose más de lo esperado y espera poder rendir a buen nivel lo antes posible: "La concentración de la semana pasada en Estepona, sobre todo a Joe Gomis y a mí nos ha ayudado bastante para meternos en esa dinámica a integrarnos dentro del equipo y esperemos que este acoplamiento sea lo mejor y lo más rápido posible". Blanco es consciente de la importancia del encuentro de mañana: "Afrontamos el partido como los otros dos siguientes de Euroliga. No podemos fallar si queremos estar en el play off y es un partido complicado. Ellos juegan en casa, con su afición. No han ganado ningún partido en esta fase y me imagino que saldrán muy motivados pero nosotros necesitamos la victoria para seguir teniendo opciones".