Tras el 3-0 ante el Bolton, sólo Alex Ferguson estaba más feliz que Paul Scholes al ver que su decisión de recuperar al jubilado centrocampista pelirrojo de 37 años ya se traduce en goles para el Manchester United.

Scholes marcó el primero de los tantos en su segundo partido desde que Ferguson decidiera recurrir por sorpresa a un jugador que se había retirado del fútbol al final de la pasada temporada.

Scholes tuvo que acudir de inmediato a la tienda de artículos deportivos para comprarse unas botas: no intuía que su retorno al fútbol inglés fuera tan inminente pese a que seguía entrenándose en las instalaciones de los diablos rojos. El sábado su gol desató la fiesta y la euforia en el estadio de Old Trafford, donde es un mito y a donde regresó por culpa de las numerosas lesiones que asolan al centro del campo del United. Ante la falta de jugadores, Ferguson pensó en el tímido centrocampista, uno de sus hijos deportivos como Ryan Giggs, Gary Neville o como lo fue David Beckham.

"Un encendido Scholes inspira al United", escribió ayer el diario The Times, mientras que The Daily Mail compara a Scholes con el regreso del también veterano Thierry Henry al Arsenal.

El lunes, Henry, una institución en el club londinense, celebró un retorno igualmente exitoso con un gol en la Copa ante el Leeds. El delantero de 34 años jugará dos meses de nuevo con los gunners aprovechando la pausa en la liga estadounidense, donde juega.

Pero el regreso de Scholes, que no tiene de momento fecha de caducidad, es incluso más sensacional que el de Henry, pues llevaba sin jugar seis meses. A pesar de su retirada se entrenaba con el equipo reserva. Seguía en forma, Ferguson lo vio y lo convenció sin esfuerzo. Con 37 años y 59 días es desde el sábado el jugador inglés más veterano en marcar un gol, el primero suyo desde febrero de 2009, el número 151 con la casaca roja.