Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Liga Santander

Los chicos de la calle (3-2)

  • La cuarta victoria seguida en casa llega desde la tercera remontada. Sandro sigue en estado de gracia y Michael Santos y Ontiveros aparecieron como nuevos héroes en la segunda mitad.

No hay academia, no hay modelo. A falta de ello, sí existen jugadores, bravos y sanguíneos, que han convertido el césped en asfalto y La Rosaleda en su barrio. Son esos chicos malos de la calle, de gran calidad y abonados a la anarquía pero que se enfadan, y mucho, cuando van perdiendo. Y es entonces que fluye su fútbol. Contundente y desatado. Que ataca sin mirar atrás. Revolotean por el área, golpean con contundencia, remontan. En el Bernabéu los últimos minutos son una pesadilla, en Alemania las remontadas cotizan a la baja; Martiricos comienza a ser un recinto taquicárdico y épico. Donde confluyen errores groseros y reacciones musculosas. La tercera remontada en casa, la cuarta victoria seguida, comienza a vestir una tendencia. La épica no es un modelo seguro, alguna vez tocará besar la lona, pero estos partidos son puro éxtasis, fútbol de miocardio. Y en ese fútbol hay un trono para el Málaga.

El intercambio de mamporros, ese sigue siendo el único camino donde se ve a gusto los blanquiazules. Mientras Juande afina el método, la música es todo percusión. Ayer hubo rizo rizado, doble remontada. Con unos jugadores que no saben rendirse. Entre esa pandilla emerge Sandro, en el centro de todos, como el líder. Hasta su imagen, rapado y con tatuajes, le acompañan. Es un chico malo, pero sólo en el campo, donde ya suma cinco goles, tres de manera consecutiva que lo tienen en llamas. Y ya se le ve con la confianza prendida, intentando cosas como cuando jugaba de azulgrana. Sólo el del Calderón fue estéril, ayer firmó el cuarto gol que empezaba una remontada. Como ocurre en las pandillas muy unidas, los que se unen a ella encajan bien. A la hermandad se añadieron, al menos de momento, Michael Santos y Ontiveros. El charrúa canjeó toda la desazón acumulada con la heroicidad del 3-2. No hay mejor currículo que ese grito de celebración. Ni mejor respuesta ante Juande, que aún busca un 9 rematador. Su escorzo para cabecear a gol fue sacado del manual del ariete, para tirar la pizarra de Juande por la ventana.

Que el charrúa de las catacumbas culminara la remontada no fue el único motivo de locura. Porque no habrá academia, pero sí Academia. La que enarboló Ontiveros. Debutó (esta temporada) a lo grande. Electrificando el duelo, inventándose la asistencia del empate, derrochando veteranía en un frasco joven. El técnico lo metió para crear desequilibrio y él montó el circo Ontiveros en la derecha, haciendo funambulismo sobre la línea de fondo, siendo el hombre bala. El clon de Deulofeu vive en un desafío continuo, y ese fútbol enloquece a La Rosaleda.

El choque comenzó 0-1 y mosqueo morrocotudo de Jony en su cambio tempranero. El 1-2 sarcástico de Cop trajo tinieblas. Pero hay quien empieza a ganar cuando se ve perdido. Como el Málaga, este Málaga callejero que cautiva puñetazo a puñetazo.

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