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Sobraron ocasiones pero faltó efectividad

  • El equipo logró maniatar al Espanyol, pero se mostró romo en ataque La irrupción de Boka, lo mejor del día

El Málaga cambió su imagen con respecto a la debacle de Valencia. El equipo logró frenar los puntos fuertes del Espanyol, pero se topó con uno de los males ancestrales de este equipo, la falta de acierto ante la portería rival. El Espanyol se marchó de La Rosaleda con un 0-2 gracias a una acción de estrategia y una contra cuando el partido agonizaba. Kameni vivió con tranquilidad el resto del encuentro.

Boka fue la mejor noticia para los malaguistas. Se le vio a buen nivel tanto en el aspecto defensivo, frenando a Lucas Vázquez, como en ataque, donde generó muchas superioridades, sacó varios centros peligrosos y logró forzar una amarilla a Arbilla en una de sus internadas. Siempre apareció al borde del área para aprovechar las segundas jugadas, aunque con la fortuna del resto del equipo.

El claro ejemplo de la impotencia que sufrió ayer el Málaga fue la acción del penalti. Javi Guerra la tuvo a puerta vacía y posteriormente Amrabat no lograba aprovechar la pena máxima. Además, se dispusieron de innumerables acciones a balón parado que apenas se aprovecharon por culpa de malos lanzamientos. Una nueva ristra de ocasiones desaprovechadas que esta vez le costaron los tres puntos al equipo, que parece pasar de nuevo por un periodo preocupante de sequía goleadora.

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