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Sólo queda una bala

  • Reto Tras dos derrotas, una más equivaldría a un adiós virtual Buena noticia Mateo dispone de toda la plantilla y tendrá que hacer un descarte, presumiblemente Álex Abrines

Queda, seguro, un partido más de Euroliga en el Carpena esta temporada, ya a final de febrero ante el Gescrap Bizkaia. Pero la visita del Montepaschi supone un match ball en toda regla para el Unicaja. Enorme equipo el pentacampeón italiano, que la semana pasada se paseó de manera imperial en Madrid, ante un Real que se las prometía felices tras ganar en Málaga en el debut. Esa canasta de Mirotic que tanto daño ha hecho al Unicaja, que sólo sabe perder desde entonces. Se ha agrietado por primera vez la estructura que tan buena pinta tenía desde principios de temporada.

Chus Mateo y su minucioso cuerpo técnico se afanan por encontrar dónde residen esos errores, en el plano físico y mental. Una buena terapia es la vuelta de los lesionados. Hay 13 jugadores a disposición del técnico, uno de ellos deberá ser descartado hoy. Mark Payne ha entrenado bien en los dos últimos días y Valters arrastra alguna molestia muscular. Ello propicia que la idea del cuerpo técnico sea prescindir hoy de Álex Abrines, pero se tomará la determinación tras el último entrenamiento de esta mañana. Pero ahora hay que retocar el puzle de nuevo. Sucede que las piezas son humanas, con lo que ello conlleva. Existe la confianza, el tono físico, la situación colectiva. La difícil coctelera que supone liderar un grupo con diferentes cuerpos y cabezas.

Esa máquina humanizada que en el Montepaschi funciona, por ejemplo, desde hace años. Pianigiani gobierna un equipo que es un rodillo, que juega de memoria, con unos niveles defensivos sólo comparables al Barcelona en Europa. Puede ser un buen punto de inflexión, una prueba del máximo nivel para testar la evolución del Unicaja tras la caída de la segunda mitad de enero. A cuatro partidos vista la Copa del Rey, ese viernes 17 a las 19:00 horas en el Sant Jordi ante el Banca Cívica que está tatuado en el subconsciente colectivo de todo el Unicaja como día grande, toca engrasar la maquinaria de nuevo.

Se ha caído el Unicaja, no hay tapujos en reconocerlo. "Estamos en un bache claro, no estamos jugando nada bien, no estamos al nivel que habíamos estado pero también es verdad que es sólo en los últimos 15 días, que hemos jugado tres partidos fuera de casa nada buenos, que no esperábamos jugar de este modo si bien sabíamos que el bajón iba a llegar en algún momento", diagnostica con precisión Chus Mateo.

Se pide un aliento de la afición. En las gradas figurará el factótum de la Euroliga, Jordi Bertomeu, que ofrecerá junto al presidente, Eduardo García, una rueda de prensa previa al inicio del partido. Bertomeu considera Málaga una plaza fuerte, así lo ha dicho públicamente en las últimas entrevistas concedidas. La Euroliga ha escogido este partido como el mejor de la tercera jornada del Top 16. Y no es casualidad. Aquí se premia la continuidad, pero el partido no deja de ser un escaparate para el equipo, también para la ciudad, por qué no decirlo. Málaga ha merecido un equipo en la élite del baloncesto europeo, pero el esfuerzo colectivo será la única vía para que lo siga siendo.

Es la última bala del Unicaja. Sólo se renovará esa bala si se tiene puntería y se demuele al Montepaschi esta noche en el Carpena, esa pista que fue un día inaccesible para todos los gigantes del continente.

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