Málaga c. f.

Tapia se suelta la melena

  • El técnico del Málaga guarda el discurso de la permanencia: "Sé que vamos a mantener la categoría, no seré ingenuo"

La semana de la felicidad parece más que instalada en el Málaga. Las últimas declaraciones de los futbolistas aluden a la bonanza del juego, al amasijo de alabanzas y al peso cada vez menor que supone hablar de Europa. Ayer, en su habitual conferencia de prensa intersemanal, Antonio Tapia tocó todos esos palos y muchos más inesperados. Aunque no es un hombre de tópicos, durante un cuarto de hora se olvidó del discurso prudente y humilde ahora que la permanencia es casi un hecho.

"Yo sé que vamos a mantener la categoría, no seré ingenuo ahora. Con el nivel del equipo y a falta de siete puntos, que me pusiera a pensar en la permanencia...", dijo sin vacilar, para luego aclarar: "Cuando veo que juegan Espanyol y Sevilla quiero que gane el Espanyol, con eso lo digo todo. También quiero hacer un discurso coherente. Con el nivel de juego que estamos haciendo vamos a seguir sumando y ganando partidos. Miro más para arriba que para abajo, pero me preocupa el nivel de juego del equipo. Si queremos estar arriba, de cada dos partidos en uno hay que dejar la puerta a cero. Tenemos que mejorar nuestro balance defensivo, porque si lo mejoramos y no perdemos potencial ofensivo, seríamos un equipo incluso mucho más potente".

Más que ambición, el baenense se agarró ayer al término satisfacción. Y para explicarlo, no pudo ser más elocuente: "Lo que me satisface es que nuestros aficionados están disfrutando con el equipo. Vas por la calle e incluso personas que no están vinculadas al fútbol te muestran su cariño, te apoyan y te felicitan. Ojalá podamos continuar en la segunda vuelta en esta sintonía. Me daría por satisfecho. Buen juego y estar arriba. Podría hasta retirarme. Ojalá pudiera retirarme de esto en un momento como este. Ojalá me muriera ahora mismo. Obviamente, es una forma de hablar, pero esto es para daros titulares a vosotros [a los periodistas] y así podáis vender algo, que hay que vender la moto [risas]".

Hablar de su futuro, que en un principio acaba el 30 de junio, también despertó su lado más jocoso: "¿Mi futuro? Mi futuro es levantarme mañana por la mañana [por esta mañana], que tengo analítica. Estamos en crisis, cómo para no coger dos años de oferta. Que me los ofrezcan a mí, a ver si no los cojo. Yo cuando tenga algo decidido se lo comunicaré al club. Haré las cosas con sentido común. Mi intención es seguir trabajando aquí cien años, pero siendo feliz".

Esta conversación levantó su lado más crítico, aunque también lo hizo tiñéndolo de buen humor: "Aunque quieran los presidentes, no pueden renovar con tranquilidad a los técnicos porque vosotros [los periodistas] no lo permitís. Abel Resino se hizo cargo del equipo y esa misma semana se hablaba de que ya tenían otro técnico para la próxima temporada. Es nuestra cultura, aquí lo que vende es Salsa Rosa, el entrenador se ha convertido en morbo. Vemos destituciones de entrenadores que me quedo pasmado. Lo de Sergio me sorprendió porque estaba haciendo un trabajo excelente. O lo de Aguirre, que tenía el equipo arriba y lo metió en Champions. Los entrenadores tienen baches. En mi primera etapa en el Málaga, Aguirre estuvo once partidos sin ganar en Osasuna y mantuvo la categoría. Y al año siguiente metió a ese mismo equipo en Champions".

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