Real Madrid y Barcelona vuelven a medir sus fuerzas por tercera vez esta temporada, segundo en clave europea, pero con el pabellón de Vistalegre como escenario por primera vez. El Madrid ha perdido en el Palau Blaugrana en ambas ocasiones, por once puntos (73-62) en la competición continental y por 19 en la Liga (84-65), pero apela su fortín de Vistalegre para salir airoso del clásico del baloncesto español por primera vez y dar así un gran paso para amarrar el segundo puesto del Grupo C de la Euroliga.

En los cuatro duelos europeos anteriores disputados en Vistalegre, el Real Madrid ha ganado tres (99-78 en la 1993/94; 76-73 en la 2004/05; y 84-78 en la 2005/06) y el Barcelona uno (82-94 en la 1995/96). "Queremos ver el Palacio de Vistalegre de las grandes ocasiones, en las que nuestra cancha parece una olla a presión, hay un lleno completo y se disfruta de un ambiente de baloncesto de lujo", aseveró ayer el técnico madridista, Joan Plaza.

El Barcelona, por su parte, después de encadenar dos derrotas consecutivas frente a Panathinaikos y Polaris World Murcia por primera vez en la temporada, comparece con la obligación de no perder por más de 11 puntos para optar a la segunda plaza del grupo.

Falto de liderazgo, con Lakovic como punto de referencia en los momentos decisivos, el equipo azulgrana vive en función del empuje de Roger Grimau, capitán y alma del Barcelona. El escolta sostuvo a su equipo frente al Panathinaikos, pese a la derrota, y se ha convertido en el recurso más eficaz cuando el Barcelona se atasca. Trias, otro jugador de la casa, continúa creciendo como una de las referencias en la pintura, mientras Ivanovic y la afición esperan el regreso de Fran Vázquez al baloncesto.

Ambos equipos afrontan el partido prácticamente igualados en cuanto a valoración general (87 de media para el Madrid y 86 del Barcelona), en la media de puntos por partido (79 por 78) y en rebotes (31 frente a 32).