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Tite transforma a Brasil para clasificarlo

El jugador de Brasil Neymar celebra el segundo tanto de la selección brasileña frente a Paraguay.

El jugador de Brasil Neymar celebra el segundo tanto de la selección brasileña frente a Paraguay. / juan carlos muñoz / efe

Brasil es siempre un candidato para ganar el Mundial, pero esta vez la canarinha también presenta su candidatura para el de Rusia de forma espectacular en el campo, superada definitivamente la crisis de los últimos años.

Con la goleada por 3-0 lograda en la madrugada anterior frente a Paraguay en Sao Paulo, el equipo dirigido por Tite logró hilar una racha de ocho victorias seguidas en las eliminatorias sudamericanas y se convirtió en el primer clasificado para el Mundial, además del anfitrión.

Tite es un tipo genial, merece el apoyo de la afición, de los técnicos y de los jugadores"

El regreso del jogo bonito, un Neymar liberado y nuevas figuras como Gabriel Jesus y Coutinho hacen ahora soñar a los brasileños con levantar su sexta Copa del Mundo en Moscú. Siete meses han bastado para sacar a Brasil de la depresión en la que estaba sumido tras el 1-7 contra Alemania en el Mundial de 2014 y los malos resultados en las últimas ediciones de la Copa América.

En Brasil lo tienen claro: el principal secreto del éxito es el seleccionador. Adenor Leonardo Bacchi, conocido como Tite, es el hombre del momento. Ex técnico de un Corinthians al que sacó de la mediocridad para ganar, entre otros títulos, una Copa Libertadores y un Mundial de Clubes, Tite estaba considerado desde hace tiempo como el candidato idóneo para la selección y sólo la falta de visión de la Confederación Brasileña de Fútbol atrasó su llegada.

Defensor de un fútbol ofensivo y moderno, Tite, de 55 años, cambió la cara a la selección que entrenaba antes Dunga, un técnico de la vieja guardia y defensivo.

Otra de las claves es Neymar. La estrella ha madurado y se siente feliz en su nuevo rol con la selección. Ante Paraguay, el atacante del Barcelona volvió a llevar el brazalete de capitán a la que había renunciado tras los Juegos de Río, hastiado de recibir críticas. Ahora brilla en la cancha contagiando a sus compañeros y forma una sociedad cada vez más letal con el mediapunta del Liverpool Coutinho, al que conoce desde los juveniles de la selección.

Otra cosa que ha cambiado en el seno de la canarinha es el bienestar colectivo. Los fracasos suelen envenenar más de la cuenta el ambiente, pero a Dunga se le criticó siempre su dureza para gestionar a la plantilla, un reproche que resuena ahora mucho más fuerte dado el contraste con Tite. "Dunga es un capataz, Tite es un profesor", señalaba hace un tiempo un comentarista para elogiar la nueva atmósfera. "Es un tipo genial", dice Neymar deshaciéndose en halagos por el actual seleccionador. "Merece todo el apoyo de la hinchada, de los jugadores, de la presidencia, del cuerpo técnico", agrega. Todos los jugadores alaban el trato de Tite, un hombre afable y de voz pausada, que en cada rueda de prensa parece impartir una lección de humildad y de respeto por los rivales.

El técnico no sólo ha devuelto a Brasil su identidad futbolística, sino que ha modernizado ese balompié tradicionalmente ofensivo a algo que parece ser un jogo bonito del siglo XXI. "Guardiola, Klopp, Simeone", así resumía el diario O Globo todas las caras del equipo de Tite. Fútbol atractivo y de toque, velocidad e intensidad, y un sólido planteamiento defensivo: Brasil muestra sus cartas para Rusia.

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