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Título por aplastamiento

Sin discusión: loas al Barcelona y que no decaiga la fiesta en la Ciudad Condal. Favorito dentro y fuera de España a los tres títulos principales a los que aspira, se adjudicó ayer el primero, la Copa del Rey, avasallando, humillando, al caro Real Madrid, que tuvo un papel tristísimo. No hay duopolio, manda el Barça.

El tercer enfrentamiento de la temporada entre ambos, el más trascendente de todos, llevaba camino en el primer tiempo de repetir lo ocurrido en los dos previos, con triunfo azulgrana tanto en la Supercopa como en Vistalegre en la Liga. La sensacional prestación blanca en la semifinal desapareció de un plumazo antes del descanso y el Barça, más ordenado en el ataque y simplemente más duro atrás, fue alejando a su rival en el segundo episodio, tras mil cambios de uno y otro entrenador en busca de la dosificación de los jugadores y el acierto.

En el primer cuarto ya se pudo escapar el conjunto de Pascual, pero el Madrid se agarró por un triple de Jaric seguido de dos tiros libres de Llull (16-15). Fue después de las instrucciones técnicas en los dos minutos entre acto y acto cuando la guita se rompió. Messina no conseguía que sus jugadores jugaran con fluidez en ataque. El responsable lo tenía enfrente. El Barcelona inicio su trabajo despiadado entonces, inmisericorde. Aplastó con su defensa a los blancos, ahogados por completo en la maraña de manos con la que se topaban en la zona azulgrana.

Ahí se rompió la final, en ese segundo cuarto magnífico del equipo de Pascual, que convirtió en guiñapo, en el contrincante más cómodo del torneo, al Real Madrid. Todos, convencidos de que éxito pasa por la unión, desesperaron a Messina y sus chicos, maniatados en ataque y desarbolados cuando volvían para defender. El ritmo lo marcaba Ricky o Sada, los triples los anotaban Basile, Navarro y Morris, las contras eran de Grimau, la pintura, con mates estelares, bien en primera o segunda opción, estaba dominada por Fran Vázquez, apoyado también por un Lorbek que calentó la mano… A los 28 puntos (62-34) llegó el margen entre el poderoso Barcelona y el disminuido Madrid al final del tercer parcial, después de un alley oop maravilloso de Fran Vázquez a pase de Sada.

El repaso recordó a la final de Málaga 07, cuando los azulgrana reventaron, hicieron saltar por los aires, al Real Madrid en el primer cuarto. O también se pareció al triunfo por aplastamiento de los barcelonistas esta temporada en la pista madrileña sita en Carabanchel. Pascual le tiene tomada la medida a Messina. El novato puede con el maestro. El último periodo fue una fiesta del Barcelona y de su afición. Sin bajar la guardia en la defensa, el Real Madrid sacó algo de orgullo, a buenas horas, para que la paliza no alcanzara los 40 puntos. Pascual se dio el gusto de colocar durante muchos minutos a Trias, abanderado del título hace tres años y hoy arrinconado en el banquillo.

El Rey Juan Carlos, que tuvo que pasar un mal trago al sonar el himno español por los pitidos de la grada, entregó el trofeo a Roger Grimau, capitán barcelonista, con todo merecimiento. Y la final tan esperada por la organización se quedó en un partido sin emoción por el soberano repaso recibido por el conjunto de Messina.

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