Es la historia repetida, la de un chaval formándose en el Barcelona, soñando con el día del debut como azulgrana en el Camp Nou y teniéndolo que hacer con una elástica rival. El próximo capítulo lo representará Dani Toribio, otrora prometedor canterano barcelonista y hoy titular indiscutible como blanquiazul.

"Va a ser un partido muy importante para mí porque salí de esa casa y me reencuentro con viejos amigos. Volveré a ver a mi familia y seguro que habrá amigos míos en la grada", declaró ayer el medio centro, que no es uno de los privilegiados jugadores de la base con los que Pep Guardiola ha regado al primer equipo en la última temporada y media. Con uno de ellos que vive el sueño que él no pudo disfrutar, Sergio Busquets, le une una especial relación. "Han estado pendientes del partido contra el Stuttgart, pero seguro que Busi me llamará", dijo Toribio, feliz no obstante porque esa irrupción meteórica del barcelonista en el primer equipo la está viviendo él en el Málaga. Y con ese equipo llega armado de optimismo para preparar el asalto al Camp Nou: "Ellos son humanos, tienen dos piernas, y nosotros estamos en buen estado y a ver qué pasa. El desgaste físico de la Champions se va a notar, y tenemos que trabajar bien. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos".