Argentina - españa

Turno para el prestigio español

  • España pone en juego su cartel de campeonísima mundial ante una selección argentina en reconstrucción. El peso de la historia es albiceleste, pero el favoritismo se viste de rojo

La reverenciada selección de España, apenas dos meses después de su consagración mundial en Sudáfrica, pondrá hoy en juego su prestigio en Buenos Aires ante una Argentina en reconstrucción, en un amistoso con mucho glamour y a contramano de la historia.

"La envidia que produce España se produce desde la admiración, es envidia sana", dijo en una reciente entrevista César Luis Menotti. La frase del ex seleccionador argentino repica en los labios de casi todos los integrantes de la albiceleste de cara al choque en el Monumental, que tendrá como atractivo adicional ver al astro local, Lionel Messi, ante muchos de sus compañeros en el Barcelona.

En realidad, parece el mundo del revés, pero no: España es favorita en su visita al Río de la Plata. Con su fútbol de toque y circulación, el equipo de Vicente del Bosque se ganó no sólo la admiración del mundo entero, sino también los trofeos más apetecidos: el Mundial 2010 y antes, de la mano de Luis Aragonés, la Eurocopa 2008.

Lejos están los tiempos en que los hinchas argentinos se burlaban de sus pares españoles haciendo ostentación del palmarés de su equipo. Todo cambió: Argentina es la que anda errante de identidad y sin títulos -la última Copa América se remonta a 17 años atrás-, mientras que España no tiene dudas y exhibe el fútbol ofensivo y el trato de balón que durante décadas caracterizó a su rival de hoy.

"Va a ser un partido espectacular", profetizó el central Gabriel Milito, uno de los retornos a la selección argentina que ha dispuesto el seleccionador interino Sergio Batista, que sigue diferenciándose todo lo que puede de su antecesor Diego Maradona, en busca de que su interinato se convierta en designación en breve.

Vuelven además el histórico Zanetti, el reclamado Cambiasso, el desaparecido Banega y el recuperado D'Alessandro, todos ellos dejados de lado por la anterior conducción del combinado albiceleste en la travesía por Sudáfrica que terminó con el durísimo golpe de la eliminación ante Alemania en cuartos de final que evitó un pleito de semifinales entre España y Argentina en Durban.

Ahora se trata de un amistoso, pero Argentina lo afrontará como si en juego hubiera puntos, ya que está claro que Checho Batista -respaldado públicamente por Messi y otros futbolistas- se juega gran parte de sus posibilidades de seguir en el cargo. Una actuación convincente y un resultado positivo ante España podrían inclinar la balanza definitivamente a su favor en la carrera por el banquillo.

Y para los jugadores no se trata de un partido más tampoco: los que viajaron a Sudáfrica tratarán de lavar su imagen frente a su público y los que no lo hicieron, demostrar que Maradona se equivocó. La cita conlleva un plus de importancia para Messi, quien a los ojos de los argentinos sigue en deuda con su selección y tiene ante sí una buena oportunidad de comenzar a dar vuelta la página.

España, en cambio, es un equipo dulce por su catarata de éxitos y visita Argentina sin tensión. Sin el lesionado Puyol, pero con el plantel campeón casi en pleno. Con un recuperado Fernando Torres -autor de un doblete en el 4-0 sobre Liechtenstein del viernes- y un Villa que podría alcanzar -sólo le falta un gol- a Raúl como máximo anotador de la Roja en la historia.

Una historia que muestra que España, actual número uno del ranking FIFA, jamás ganó en suelo argentino a la albiceleste -dos derrotas y un empate-, pero una historia a la que este equipo ha desairado una y otra vez últimamente.

El casi millón y medio de euros que el partido de hoy dejará en entradas atestigua que el público argentino, más allá de ver a sus ídolos en acción, tampoco se quiere perder la oportunidad histórica de aplaudir a España.

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