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El Unicaja escapa del caos

  • Atrás Los de Scariolo se aferran a su capacidad defensiva y a los pívots para tapar el mal día en ataque Mejorable Lluvia de errores, también arbitrales, en la que la victoria fue la nota positiva

Periódicamente, en los habituales partidos matinales que disputa el Unicaja se estila uno del mismo calado, de perfil bajo por decirlo suavemente, del que ayer resultó en la victoria ante el CB Granada (63-61). Quizá sea cosa de los biorritmos, que al mediodía no están aún a su máximo rendimiento, pero el caso es que el caos y el desconcierto se apoderaron de los dos equipos y del trío arbitral. Rivalizaron las tres partes en desaciertos y salió indemne el Unicaja para acumular su decimoquinta victoria consecutiva en el Martín Carpena y apuntar de manera firme a la quinta plaza que ocupa el Iurbentia, a un solo triunfo ya y con una visita a Bilbao por medio. Tau y Barcelona, tercero y cuarto, siguen a dos y el calendario reserva duelos directos contra ambos.

No le sobró casi nada al Unicaja para vencer a un Granada menor, al que la ausencia de Borchardt deja un cuadro casi dramático en su juego interior. Le bastó, eso sí, a los de Scariolo con una notable defensa en muchos tramos del partido y la producción ofensiva escalonada de sus cincos (13 puntos de Ndong al descanso, la misma cifra de Santiago después del mismo) para fustigar la falta de centímetros visitante. Fue en los dos pilares en los que se asentó un triunfo para la estadística y para la clasificación, no para el deleite. Un peaje que se paga gustoso cuando hay un dígito más en el casillero de victorias y los mismos en el de las derrotas. Siempre que no sea una costumbre.

Recurriendo a los biorritmos, el desayuno en Guadalmar y el posterior calentamiento no activó los del Unicaja. Salió empanado el cuadro cajista, que cuando se dio cuenta perdía ya por 5-14 tras encajar un 10-0 de parcial. Tiempo muerto de Scariolo y traslado de la torrija al rival. La salida de Ndong propició la devolución de la moneda en forma de una secuencia de 13-0 para acabar 20-18 el primer cuarto. Los árbitros también actuaban ya en el delirio matinal. Ya nunca dejaría el liderato del partido el Unicaja, sólo concedería un empate (22-22), previo a otro parcial de 9-0 favorable. Esta vez con Kus, en su rato de base, y Ndong, con una descarga de seis puntos, como protagonistas. Apretaron las clavijas hasta el máximo permisible los de Scariolo en defensa y el resultado fue que el vecino granadino sólo anotó siete puntos, tres de ellos con un triple de Scepanovic sobre la bocina, en los 10 minutos. Tampoco se sobró el Unicaja, con 11 tantos en el mismo periodo de tiempo. Pero la dinámica del partido parecía haber cambiado (31-25 al descanso).

El tercer cuarto fue quizá el más completo de los locales. Page apareció para recortar (31-30) antes de que el Unicaja se encomendara esta vez a Santiago, recuperado para la causa. El ruido de sables que hubo sobre su cabeza hace un par de semanas ha despertado el ansia competitiva del puertorriqueño, que recordó al que se merendó cuatro días antes a Anderse, Van den Spiegel y Goree. Cuando él está en el partido y no se descentra con la facilidad que suele, o no lo hacen los árbitros, aparece un Santiago resolutivo, que, evidentemente, no es el que el club se planteó cortar. La recuperación del boricua se solapa con el bajón de la última semana de Haislip, cuyo hombro derecho se resiente de sus brutales tapones y mates. La dureza del futuro inmediato (Barcelona, Real Madrid y CSKA de manera sucesiva) no permite concesiones en forma de jugadores desnortados.

Berni Rodríguez, mejorado tras su último parón, comenzó a asumir responsabilidades para abrir un hueco extendido por Castle en su única canasta del partido. El 48-37 anunciaba la práctica sentencia del partido a falta de 10 minutos. Pero se embolicaría el Unicaja y debería remangarse de nuevo para firmar la victoria y prolongar el aura de invencibilidad en el Carpena.

El dúo Gianella-Pecile se encargaría de complicar hasta altas cotas el triunfo. El base argentino se había lesionado minutos antes del inicio del partido y sólo jugó en la segunda mitad. De verdad jugaría sólo el último cuarto. Pero sus nueve puntos y sus penetraciones para dividir la zona desajustaron la defensa del Unicaja, que concedió 24 tantos en los últimos 10 minutos. Secundó a Gianella el Capitán Sunshine, Andrea Pecile, con otros 10 puntos de diversas facturas que llegaron a comprimir hasta el máximo el encuentro (59-57). Jiménez había anotado cinco puntos consecutivos, pero el Granada apretaba, los árbitros expandían su desquiciamiento y la victoria comenzaba a peligrar con mucha seriedad. Se juntaron un par de factores para que el triunfo se quedara en casa. El contumaz error en los tiros libres del CB Granada (12/21, muchos de esos errores al final) y el acierto desde los 4,60 de Santiago, suerte en la que no suele ser determinantes. Popovic forzó una falta en ataque de Gianella. Después, el boricua remataría desde el tiro libre un triunfo que se había complicado en exceso para el rival que había enfrente. Humanos bajones ante rivales de menor fuste que no deben repetirse ante los contrarios que asoman por el horizonte.

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