Gerald Fitch ha estado en el alambre durante un tiempo. Su rendimiento dejaba mucho que desear e incluso recibió un toque velado públicamente de parte de su principal valedor, Chus Mateo. En el seno del Unicaja se ha valorado muy seriamente la posibilidad de prescindir de él. Mark Payne, que estará unos días de descanso para sanar definitivamente de su problema en el dedo izquierdo, era una opción. Pero también se ha mirado la posibilidad de traer algo desde fuera. Y una de las que más gustaba era la de un hombre que ya anduvo muy cerca de venir el pasado verano, el dominicano Sammy Mejía, que apenas está teniendo minutos en el CSKA de Moscú. El gigante ruso llegó con el dinero por delante para llevárselo después de una gran temporada en Francia.

Mejía, de 29 y años y 1.98 metros, ha jugado sólo 15 partidos esta temporada con el CSKA, alguno de ellos de manera testimonial. Es descarte habitual de Kazlauskas. Según ha podido saber este periódico, el Unicaja ha tanteado la posibilidad de traerle hasta final de temporada, pero de momento no ha cuajado. Gusta mucho, eso sí. También se ha dilatado porque Fitch ha reaccionado al toque de atención con dos buenos partidos en Siena y en Valladolid. Pero, como es su deber, el Unicaja es previsor.

"Fitch es un chico especial. También ha notado la dinámica del equipo. Habíamos notado un bache, tampoco se le podía reprochar todo a él. Vamos a tener la paciencia con él y esperar a lo que nos dé lo de los últimos partidos", decía el director deportivo, Manolo Rubia, en los micrófonos de la Cadena Cope tras el encuentro en Valladolid. De momento, tiene crédito.