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Victoria a la basura (82-77)

  • El Unicaja dilapida siete puntos de renta en el último minuto del partido y encaja una dolorosísima derrota ante un Cajasol que le endosó 16 tantos en esos 60 segundos fatales

El Unicaja tiró a la basura una victoria. Suena duro, pero igual se queda corto para definir lo que ocurrió una mañana invernal en Sevilla. Rara vez se ve en la pista un haraquiri similar, un proceso de autodestrucción tan masivo. Como los japoneses se abren en canal el vientre por asunto de honor, el Unicaja hizo lo propio figuradamente en el parqué de San Pablo. Un pabellón frío normalmente que ayer alcanzó temperaturas extremas en una remontada de las que dejan huella, al remontador y al remontado. Es una derrota muy dañina para el Unicaja, dolorosa hasta el extremo (82-77). 

 

La situación era la siguiente. A falta de 1:04 para el final del encuentro, McIntyre, en uno de sus escasos detalles positivos, anotó un triple que extendía la renta del Unicaja  hasta los siete puntos (66-73). Poco más de un minuto para el final, cánticos malagueños y desfile del público local por las escaleras de las gradas. Victoria para Unicaja, vital para el futuro, un punto de inflexión, un triunfo ante un rival directo, un golpe de autoridad, un baño de autoconfianza, un reforzamiento en la fe, en el trabajo que se realiza. Todo se fue al garete en un minuto de loquinario, impropio de un equipo profesional. En esos poco más de 60 segundos el Unicaja enhebró error tras error hasta meterse en una espiral diabólica que dejó el triunfo en casa. En menos de un minuto, el equipo de Chus Mateo encajó nada menos que 16 puntos. Engordados por el carrusel de tiros libre al final, pero 16 puntos, nada menos. Como consuelo muy menor, se salvó por un punto el average con el equipo sevillano, rival directísimo en la batalla por acceder a los play off. Hoy no vale de nada, pero quizá en el futuro tenga un valor superior.

 

¿Qué pasó en ese minuto de enajenación transitoria? Pues que, tras el tiempo muerto de Joan Plaza, Paul Davis anotó una canasta con falta por medio de Printezis. El tiro adicional acabó en las manos de Txemi Urtasun, ese jugador que estuvo cuatro años bajo nómina del Unicaja pero que jamás jugó con el equipo verde partido oficial, tras arrebatárselo de manera inexplicable a Archibald. Mateo apostó por jugar con tres altos (Printezis, el escocés y Freeland) esos minutos, seguro que buscando fortalecer el rebote. Pero tuvo el efecto inverso. Tras un par de pases, Louis Bullock anotó un triple lejanímo con un defensor encima. Jugada de cinco puntos (71-73) que abrió las carnes del Unicaja, que en un puñado de segundos vio mermada su diferencia de siete puntos a dos. El siguiente ataque fue otro despropósito, el juego acabó en un pase a los pies de Archibald, que no pudo controlar el balón. Contraataque llevado por Bullock y Calloway, abierto y solo en el triple, devuelve el liderato al Cajasol (74-73). McIntyre coge rápido el balón a falta de 26 segundos, intenta entrar en la zona sevillana, se resbala y comete pasos. Medio minuto histórico, en el sentido negativo, positivo para los locales. El hincha número uno del Cajasol decía tras el partido que era el momento de mayor subidón en 25 años. Total, que en el carrusel de tiros libres, McIntyre metió un triple y a falta de ocho segundo el partido estaba en un punto (80-77). Tripkovic recibió la bola para empatar pero cometió pasos. Adiós partido, partido tirado a la basura.

 

Antes de esos 60 segundos hubo 39 minutos de partido intenso, sin apenas brillo, pero gobernado casi el 100% del tiempo por el Unicaja, que construyó un colchón con el primer cuarto calamitoso del equipo local (8-19), que perdió ahí ocho balones. Quizá no optimizó el equipo de Mateo las oportunidades de marcharse y poco después del descanso el partido estaba igualado (31-31). De nada valió la enésima exhibición de Freeland, en un nivel sideral. Tampoco el repunte de Blanco o Blakney. O la solidez de Berni. El Unicaja se cayó de manera inexplicable en el último minuto, con un partido ganado. Por un momento, recordó a aquella ACB que perdió el Tau y ganó el Madrid en Vitoria con el triple de Herreros. El Unicaja podía haber dormido en zona de play off. Lo hace fuera y con un golpe psicológico tremendo encima. No basta competir, hay que ganar. La frontera es ancha.

Cajasol (8+19+18+37) 82: Satoransky 12, Bullock 21, Sastre 0, Katelynas 0 y Davis 12 -quinteto inicial-. Triguero 5, Urtasun 4, Kirksay 5, Calloway 13 e Ivanov 10.

Unicaja (19+12+18+28) 77: McIntyre 10, Berni 8, Blanco 9, Freeland 18 y Archibald 5 -quinteto inicial-. Printezis 6, Tripkovic 8, Blakney 8, Rubio 2 y Fitch 3.

Árbitros: García Ortiz, Montserrat y Martínez. Eliminado: McInytre

Incidencias: Palacio de los Deportes de San Pablo. Unos 7.000 espectadores.

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