Arsene Wenger sigue creyendo que es el hombre adecuado para dirigir al Arsenal, pero los buitres sobrevuelan sobre el Emirates ante la perspectiva de una séptima temporada seguida sin títulos. El francés, que lleva al frente del club desde 1996, vio el sábado cómo su equipo quedaba fuera de la Copa inglesa en octavos, sólo tres días después de caer 4-0 ante el Milan en la ida de la misma ronda de la Liga de Campeones.

Así las cosas, los rumores de que el tiempo de Wenger habría expirado persisten, aunque el técnico sigue manteniendo la fe en si mismo. "Debemos asumir las críticas, enfrentarlas y permanecer juntos", dijo el entrenador. "Es muy difícil decir dónde nos lleva esto y qué haremos. La única respuesta es seguir unidos y luchar".

El Arsenal es cuarto en la Premier League, lo que le da acceso a la próxima Champions, pero está en plena pelea por ese lugar con Chelsea, Newcastle y Liverpool.

Si no lograra entrar entre los cuatro primeros, la posición de Wenger se vería seriamente amenazada. Para el consejo, sin embargo, destituir al hombre que transformó al club de un tambaleante gigante venido a menos en un equipo con un estilo de juego referencial sería un paso muy atrevido. Wenger no sólo transformó los resultados sobre el campo, sino que también cambió el espíritu de la entidad, acabando con la filosofía del alcohol y reemplazándola por un énfasis en la preparación física y la nutrición nunca antes visto en el Reino Unido.

Según The Mail on Sunday, el Arsenal está considerando la posibilidad de trasladar a Wenger a las oficinas superiores para que desempeñe un papel de dirección y piensa en intentar convencer a Pep Guardiola para que sustituya al francés en el banquillo.

El entrenador del Sunderland, Martin O'Neill, calificó de injustas las críticas al francés. "Cuando Arsene decida retirarse, todo el mundo lo observará, incluido yo, como uno de los grandes técnicos del fútbol", aseguró. Mientras, la prensa no es tan condescendiente y acusa a Wenger aún de haberse sentado encima de 69 millones de euros que ingresó el Arsenal por las ventas de Cesc y Nasri.