Samu le pidió matrimonio a su novia el pasado Día de los Enamorados. Le ha costado más de una broma en el vestuario, pero es un paso que confirma su salto a la madurez. A los 24 años, su vida va sobre ruedas. También futbolísticamente ha puesto muchos ladrillos bien colocados. Con casi 50 partidos ya jugados en Primera, está a punto de firmar una renovación que le confirmará en el club de sus amores. Aunque le queda aún por pulir, sólo Javi Guerra es el único malagueño con más edad que él. Su fútbol callejero, ahora modelado con más disciplina técnica, le conecta con esa gran promesa que siempre fue de niño. El mejor Samu, en el mejor momento posible.

-¿Qué es más difícil: jugar en el Camp Nou o pedir matrimonio?

-El partido del Camp Nou es más difícil [risas]. Sabiendo de su potencial y la buena forma que tienen últimamente, nos va a costar mucho ganar allí, lo sabemos.

-Mañana jugará en el Camp Nou y usted debutó como titular en el Bernabéu. ¿Qué sintió aquel día?

-La impresión del Santiago Bernabéu es inmensa. Es muy alto y el ambiente que se respira es increíble, es una sensación única.

-Sabiendo cómo anda el Barcelona, ¿le dará a tiempo de disfrutar del estreno en ese estadio?

-Lo primero que haremos será disfrutar de un gran estadio y ante un gran equipo. Luego, sabemos que es un gran conjunto con un potencial increíble arriba y abajo. Pero en la ida ya le cortamos la racha, así que a ver si podemos sacar algo positivo de allí.

-¿Piensa que habiéndoles frenado en la ida se puede repetir o que no perder tampoco en la vuelta ya es demasiado?

-Es muy complicado sabiendo de los jugadores que tienen arriba. Sabemos que vamos a tener que defender casi todo el partido porque van a tener toda la posesión ellos. Pero intentaremos cogerles a la contra y hacer algún gol.

-En el Bernabéu le cayeron muchos palos. ¿Fue demasiado cruel para un debutante?

-Me acuerdo. Fue mi primer partido como titular en un campo muy difícil y la verdad es que recibí muchas críticas. A lo mejor no me veían al nivel, al menos no de un delantero que aguantara el balón y tal. Yo soy bajito, no muy fuerte... y era un partido muy complicado. Creo que se debería haber entendido, pero lo acepto sin problemas. Te duele un poco recibir tantas críticas en tu primer partido, aunque el aficionado está para aplaudir y para decir las cosas que vea mal, no importa.

-Ahora al Camp Nou llega más hecho.

-Sí. Pero es un partido difícil. No sé si jugaré o no. Si es así, intentaré hacer el mejor partido posible. Es verdad que estoy más hecho a la Primera División, pero ante un rival así puede parecer que estás empezando a jugar ahora.

-Suma casi 50 partidos en Primera, se va a casar, casi va a renovar. ¿Estamos ante un Samu más maduro?

-Estoy pasando una buena racha, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Llevamos dos partidos en que no nos sale lo que queremos, este también va a ser muy complicado, pero ojalá podamos sacar algo positivo y ahora agarrar una buena racha como la de la primera vuelta.

-¿En qué se nota en el campo esa madurez?

-Sobre todo, en la tranquilidad. Antes te precipitabas con el balón y creo que eso ya se ha ido pasando. Vas sabiendo cuándo tienes que soltarla, cuándo tienes que recibir, cuándo darle apoyo al compañero... Antes igual te podías esconder un poco más y hacer más desmarques de ruptura, no ofrecerte tanto. En eso se nota, fundamentalmente.

-Eso sí, en cada partido va dejando sus destellos de calidad. Sus colegas del barrio seguirán reconociendo al Samu que jugaba con ellos en la calle.

-Sí [Risas]. Al principio no me atrevía tanto a hacer cositas porque procuras hacerlo fácil, no perder muchos balones. Pero con los minutos me voy soltando y soy más yo.

-Entonces, ¿se está viendo ya al verdadero Samu?

-Sí, ya me voy soltando más, estoy siendo más yo mismo. Ojalá sigamos haciendo lo que empezamos, una gran temporada, y podamos quedar lo más arriba posible.

-También le ha dado tiempo a crear una sociedad con Samu Castillejo. Dentro y fuera del campo. Zipi y Zape, como ya les dicen.

-Sí, se ha dicho mucho lo de Zipi y Zape [risas]. Es cierto que nos llevamos muy bien. Cuando hacemos comida de equipo y demás estamos juntos. Nos conocemos desde el filial y nos llevamos muy bien desde entonces, eso se nota.

-Cuando ustedes nacieron Zipi y Zape ya habían pasado de moda. ¡Igual los han tenido que buscar por internet!

-Yo al menos sabía quién era el rubio y quién el moreno [risas]. No he visto mucho esos dibujitos, me tuve que meter en internet para investigar más sobre quiénes eran esos que tanto nos decían por curiosidad.

-¿Prefieren ser Zipi y Zape o los Samus?

-Si te digo la verdad, prefiero los Samus. Los Zipi y Zape ya pasaron a la historia; a ver si podemos crear algo nuevo.

-Está a medio camino entre los malagueños más veteranos y los canteranos que acaban de ascender. ¿Se siente mitad canterano, mitad veterano?

-Sí, me siento canterano y me siento veterano. Es mi segundo año, pero soy mayor que Recio, Juanmi, Casti, Sergi... Yo intento ayudarles en todo lo que puedo. He pasado por lo que ellos están pasando y los ayudo en la medida de lo posible.

-¿La renovación que está a punto de plasmar le da más tranquilidad?

-Bueno, todavía no se ha firmado nada, estamos hablando todavía. Es verdad que te da más tranquilidad, pero todavía tenía contrato en vigor y eso me tenía tranquilo.

-Cuando le toca ver el fútbol por la tele lo hace con su perro. ¿Es más malaguista que usted?

-Tiene las tres camisetas pero yo soy más malaguista que él. Eso sí, lo estoy intentando hacer un malaguista puro. Siempre que me siento a ver la tele se sienta a mi lado a ver el partido [risas] y se queda atento.

-Su perro es un bull terrier y, si es verdad que se parece a su dueño, usted debería ser fuerte, valiente y alguien a quien le cuesta acatar órdenes.

-No sé, sí que es cierto que son un poco cabezones y lo que él diga es lo que hay que hacer. Pero es muy bueno y tranquilo y siempre está jugando con los niños.

-El de Isco se llama Messi, el suyo Gaucho, curioso.

-Sí, coincidió que me encantaba Ronaldinho, por entonces en el Barcelona, y se lo puse.

-¿Esa idolatría por Ronaldinho hace que sea más especial jugar en el Camp Nou?

-Cada partido es especial porque es jugar en Primera, que es algo que todos desde pequeños queremos. Aunque sí que es verdad que jugar en el Camp Nou, el Santiago Bernabéu o el Vicente Calderón te motiva un poco más.

-Van séptimos y les falta poco para sellar la permanencia, aunque no les perdonan los malos días. ¿Eso es porque esperan mucho de ustedes?

-Recibimos un poco de críticas y lo veo normal porque el equipo no estuvo a la altura en algunos partidos. Igual que si lo hacemos bien la afición lo reconoce, cuando estamos mal, si nos tienen que criticar, lo entendemos. Intentaremos no hacerles pasar por eso. No sé qué pasará en Barcelona, pero el siguiente en casa no lo podemos dejar escapar.

-Llevan sólo 25 goles. ¿Los que juegan por detrás del delantero tienen una responsabilidad extra con anotar?

-No, no me siento responsable. Mi función es en banda. Si puedo meterlos, los meteré. Más tiene el nueve, pero intentaremos contribuir en lo que podamos.

-Siempre marca golazos. El Camp Nou no estaría mal para añadirlo a su colección.

-Ojalá, meter un gol sería algo espectacular. Haré las cosas como las estoy haciendo para marcar. Y si puedo hacer un golazo, mejor. Pero si no lo es, que entre. Como si rebota en cinco jugadores y entra. Lo importante es meterla.

-En el Camp Nou, si se meten atrás, mal; si salen muy descarados, mal. ¿Cómo se juega allí?

-Contra el Barcelona nunca se sabe. No te metes conscientemente atrás, te meten ellos con la posesión. Intentaremos estar cerrados y meter en alguna contra. Y si metes un gol, ya si se tiene que meter el autobús se mete, pero hay que sacar algo positivo.