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2007, el año de Muñiz

  • El asturiano fue el personaje central en el intenso curso vivido en Martiricos · Vio renovado su contrato en dos ocasiones

Juan Ramón López Muñiz. Es el nombre completo de la figura nuclear de la historia blanquiazul en 2007. Muchos de los capítulos del guión llevaron su sello; el papel de la mayoría de sus actores dependieron de él. Una gran cantidad de personajes ha dejado su particular poso en el convulso puzle del Málaga estos 365 días, pero ninguno de ellos ha llegado a las cotas de trascendencia del asturiano.

Valga un dato revelador: el gijonés firmó por el Málaga el 1 de noviembre de 2006 para encauzar al equipo hasta el 30 de junio de 2007. Justamente un año después, Muñiz ya rubricaba su segunda renovación en el Málaga. Tras ver cómo en febrero el club prorrogaba su continuidad hasta 2008 y le hacía también director deportivo, el buen arranque liguero este ejercicio y el interés de equipos de Primera por él llevó a Fernando Sanz a maniobrar con celeridad para atarle. El contrato es ahora hasta 2010.

Sus méritos más tangibles están en la clasificación. El Málaga es segundo con 36 puntos y tiene a su inmediato persecutor por el ascenso, el Elche, a siete de distancia, lo cual le ha convertido en claro candidato al ascenso. El logro se multiplica recordando que, en su calidad de director deportivo, fue él mismo quien diseñó la plantilla que tantos elogios ha recibido. Pese a los ajustados criterios económicos marcados por la administración concursal, supo traer a coste cero a jugadores que por el momento han tenido un rol crucial en Segunda, como Baha -luego se supo que el club había pagado 510.000-, Peragón, Weligton, Carpintero o Eliseu. La revolución que hizo de la plantilla en verano ha derivado en un grupo mucho más competitivo y resolutivo que el del año anterior.

No menos meritorio fue mantener al equipo en Segunda la temporada pasada. Muñiz supo conducir el vestuario a pesar del estallido económico que supuso el acogimiento a la Ley Concursal. Dicen los que trabajan a su lado, así como muchos futbolistas, que supo abstraer al grupo del maremágnum institucional y ayudar a encontrar el equilibrio que requería asumir que el Málaga era un gallito de la categoría resignado a luchar por no descender. Un digno tercio final de temporada, pese a que hubo que esperar hasta la penúltima jornada para certificar la salvación, finiquitó las amenazas de tragedia.

Muchos otros personajes han tenido su cuota de protagonismo de alguna u otra manera. Salva empezó el año marchándose cedido al Levante para esquivar la Ley Concursal. Tras un verano en el que estuvo más tiempo fuera que dentro del club, se revisó su contrato para que se quedara y prácticamente se convirtiera en un fichaje más. En el último partido del año hizo un doblete que le permitió llegar a los 40 tantos en Liga como blanquiazul, superando así a Dely Valdés (38) y convirtiéndose en el tercer máximo goleador de la corta historia del Málaga C. F.

Un gran sustento deportivo fue la labor de Antonio Hidalgo. El catalán fue el máximo anotador del año con 15 goles. Nueve fueron básicos la temporada pasada para sellar la salvación y los seis en la actual han supuesto un gran impulso para mantener al equipo en la parte alta de la clasificación. Por su parte, Baha fue convocado con la selección de Marruecos para jugar un amistoso contra Namibia el 17 de octubre. Desde la última temporada en Primera (2005/06), con Chengue Morales acudiendo a Uruguay, el Málaga no aportaba a jugadores a las selecciones.

En el plano de las tristezas quedará Marcelo Romero. El 9 de junio disputó su último partido oficial como futbolista. Una crónica lesión de rodilla y su inclusión en un ERE (junto con Manu y Chengue Morales) fueron un triste epílogo a un magnífico ciclo en el Málaga.

Popo comenzó el año como juvenil con un golazo que ilusionaba a La Rosaleda y vislumbraba un gran futuro. Duras negociaciones para hacerlo profesional, su desaparición de las convocatorias y una complicada cesión al Atlético de Madrid B este verano hicieron virar su alegría radicalmente.

A finales de otoño el director general, Luis Yáñez, que ultima su recuperación tras sufrir un cáncer, volvió a pisar La Rosaleda.

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