Málaga cf | Barcelona · la previa

Se avecina tormenta

  • Complicado En el peor momento de juego, además sin Toulalan, el Málaga sueña ante un Barcelona revitalizado Ambiente Con La Rosaleda llena y la atmósfera algo enrarecida, así será el escenario

Este partido se tenía que haber jugado en agosto. Entonces el Málaga había levantado pasiones veraniegas con fichajes de relumbrón y empaque en el césped. El Barcelona venía de una gira más propia de un concierto que de una pretemporada. Vamos a ganar, era la efervescencia de la fiebre blanquiazul. Pero se juega ahora. Con el equipo azulgrana en ese estado de plenitud que le procura su victoria en el Bernabéu, que últimamente visita como si fuera unas termas. Con la afición blanquiazul avergonzada por la imagen de los suyos en El Molinón. Vamos a perder, es la resaca que deja tamaña decepción. Maldita huelga, maldito calendario o malditas expectativas, hay bufé libre de lamentos. De aquella proyección de encuentro al de hoy sólo hay cosa que no empeora: el cartel de No hay billetes seguirá colgado.

Se avecina tormenta, sí, justo el día que el Ingeniero se queda sin su paraguas. No está Toulalan, lo saben hasta en Chile, donde el partido se espera como una cita familiar entre Alexis, el nuevo ídolo, y el siempre protegido Pellegrini. Como si no fuera suficiente encargo pensar cómo detener al Barcelona, el Málaga tiene un partido previo en maquillar al máximo posible la baja del galo. Para no ofender ni al saliente ni al entrante, se obviará la palabra sustituto; pocos jugadores en Europa ahora mismo pueden presumir de una temporada tan magnánima. Además, Pellegrini ha entrado en la oficina de objetos perdidos para buscar el relevo. Camacho ha tenido minutos de relleno y Recio sigue con el envoltorio puesto. En ellos ha pensado el chileno. Descartada la opción de enfundarle su camiseta a Toulalan y teñirlo de rubio, dará galones al maño. En su favor, su buen desarrollo físico y generosidad en el esfuerzo.

En general, será un día más para corredores que para jugadores salvo que a Pellegrini le vaya bien el anunciado plan de quitarle el esférico al Barcelona. Es algo que persigue Mourinho como su santo grial, aunque hace tan sólo seis días Pepe Mel demostró que no es una empresa inabordable. De la actitud azulgrana dependerá mucho que el encuentro se parezca más a una referencia u otra. Al menos en eso, el Ingeniero es coherente: no renunció a su ADN ante el Real Madrid y tampoco lo hará hoy. Otra cuestión viene siendo la capacidad de los suyos de descifrar el genoma del chileno.

Asumido que el encuentro se presenta como el castigo de Sísifo, queda una rendija para el optimismo. Este año el Barcelona no está mostrando a domicilio la excelencia de campañas precedentes. A ello obedece la grieta con el líder. Once de 24 son los puntos que le están complicando la Liga al Barcelona. Podría decirse que este año visita los estadios con uno o dos colmillos menos. Aunque sucede que el último pinchazo fuera del Camp Nou, en Cornellá, les ha escarmentado sobremanera. Queda claro que no es el día apropiado para recibir al Barcelona, pero eso de ganarles siempre ocurre el día menos esperado.

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