Argumenta Muñiz que marcando 50 goles, siempre que la sangría en contra no sea muy amplia, la permanencia debería estar sellada. A estas alturas el Málaga suma uno por jornada, seis. La progresión actual llevaría a los blanquiazules a 38, cifra de problemas. El diagnóstico es muy reconocible en el reparto: hay seis protagonistas distintos. Avanzado el campeonato sería una gran noticia, hablaría de una presencia ofensiva importante. Pero no es así, la realidad es que cada uno de esos seis goleadores lleva una sola diana. Seguramente, ningún otro motivo explica mejor por qué este equipo sigue bajo nubarrones clasificatorios.

Obinna, Baha, Manu, Duda, Fernando y Xavi Torres, ésos son los privilegiados que han podido festejar un tanto por ahora. Sólo dos delanteros. No están en esa lista ni Forestieri ni Edinho, fichados para buscar un salto de calidad que todavía no han dado. Pero hoy es una fecha reservada para el luso. La titularidad le espera por primera vez esta temporada y eso para él puede ser el principio de algo. O el final de dos semanas muy buenas. Salió en Chapín para revolucionar a un equipo dormido y lo consiguió. Cierto es que tuvo dos remates francos de cabeza que no culminó, pero marcó un tanto que le anularon injustamente y Renan le sacó otro casi imposible. Hizo las maletas con el convencimiento de que puede ser el 9 que busca Muñiz y se marchó a Portugal a esperar un milagro que llevara a su selección a la repesca. Asistió a él y hasta participó marcando el último tanto luso en el grupo de clasificación para el Mundial. No para de mirar el reloj a la espera de que arranque el encuentro para comerse el mundo.

Baha y sus fibras de acero harán de escudero. El franco marroquí sigue recibiendo críticas. Arguyen sus detractores que su incansable trabajo no pesa más que su ausencia de gol. Muñiz y él están tranquilos. Sobre todo, tras su recuperación adelantada. Es más fácil ser delantero en este Málaga cuando él está al lado para abrir los huecos, pelearse con la zaga y asumir sin queja las labores oscuras para que otros se lleven la gloria del gol.

Su puesta a punto es más oportuna que nunca porque Muñiz pretende combatir la velocidad arriba del Almería con una fuerte presión que evite que el balón llegue a los rojiblancos en posiciones avanzadas. Esas intenciones le dan sus opciones a Forestieri, abnegado corredor y escarmentado tras el castigo de Jerez. No anda del todo satisfecho el técnico con Valdo por la derecha, así que podría incrustar ahí al ítalo argentino para reforzar ese déficit. Albert Luque, que ha reivindicado minutos y juega muy a gusto a pierna cambiada, también tiene muchas opciones.

Muchos cambios para adjudicarse un derbi amable y colorido que permita recuperar la sensación perdida del triunfo.