El fichaje de Sebastián Fernández por el Málaga volvió a dar ayer un giro de tuerca, que trastoca aún más todo lo asumido acerca de la negociación con Banfield. Precisamente fue el club bonaerense, en boca de su gerente, Clie Díaz, quien se decidió a arrojar luz acerca de los términos que frenan la firma definitiva por el uruguayo: "Lamentablemente, si la cosa sigue así, el jugador tendrá que volver a Argentina. La pelota está en campo del Málaga".

Las contundentes palabras del directivo argentino encuentran su explicación en un desacuerdo por el pago del traspaso, como anunció días atrás este periódico. "Nosotros necesitamos una garantía de que se puede realizar el pago, porque si no, en la operación todos los riesgos los corremos nosotros y no puede ser", comentó resignado Díaz. Además, el de Banfield llega hasta el punto de afirmar haber "dado todas las facilidades posibles" al cuerpo directivo del Málaga, encabezado por Yasmin Al Sahoud, nueva directora general del club.

Díaz explicó que, además, para Banfield es imposible cubrir la vacante que dejaría Sebastián Fernández sin los fondos del primer pago al contado de la transacción. "Encima, tenemos que buscar un sustituto y es un riesgo sin disponer de una garantía del pago. En principio, la idea era la de que se abonara sólo la parte de los impuestos, pero no es suficiente", explicó Díez. Así, la incógnita que ronda ahora en Buenos Aires es por qué al Málaga le cuesta tanto garantizar la viabilidad económica de la operación. Un hecho que ha supuesto un cambio de planes en la actitud de Banfield, que contaba incluso con el desplazamiento de su presidente, Carlos Portell, a la Costa del Sol para estampar la firma final y que ha sido finalmente cancelado.

Los interrogantes y el hermetismo presente en el Málaga recuerdan a lo vivido con Javier Hernán Malagueño que, aunque finalmente se cerró, sembró de incertidumbre los momentos previos a ver al argentino como blanquiazul.