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El cerebro y el bombardero

  • Terrell McIntyre, referente en el nuevo proyecto cajista, y Uros Tripkovic transmiten ilusión en su puesta de largo

Las presentaciones o despedidas en la sede de Unicaja en la Avenida Andalucía suelen ser sinónimo de algo importante. Allí hablaron por primera vez como cajistas Terrell McIntyre y Uros Tripkovic, el cerebo y el bombardero, dos de los tres fichajes de este año. Ambos lucen ya de verde, el base con el 20 y el escolta con el 11.

Es pequeño en el primer vistazo, 1.75 metros. McIntyre pasa desapercibido por la calle. Un director de juego experto (33 años), de la superélite europea, que llega a la ACB para seguir ejerciendo su magisterio. Dos veces quinteto ideal de la Euroliga, varios MVP en Siena, uno de los jugadores mejor pagados de la historia del club. "Hemos hecho un gran esfuerzo para traerle y tenemos mucha esperanza en que sea un jugador determinante", le presentaba el presidente Molina: "Es una petición de Aíto y Manolo Rubia, que tomó posesión del cargo con mucha fuerza e hizo una gran gestión para traerlo".

Con la sonrisa en la boca, McIntyre causó buena impresión en su primera alocución. Se nota que no es nuevo en este negocio. Mezcló ambición y realismo en su discurso. "Era una buena oportunidad", afirmó: "La ACB es la mejor liga de Europa y me atraía el reto de jugar en España, aquí están mucho de los mejores equipos del continente. Intentaré ayudar lo que pueda, a construir un equipo mejor. ¿Por qué Málaga? Por la organización, tiene muy buena fama el club, de seriedad y formalidad. También por ambición, es verdad que hubo otros equipos muy interesados, como el Panathinaikos, pero creo que realicé la mejor elección al venir a Málaga, quiero crecer con este equipo".

Cuestionado por sus dotes de liderazgo, McIntyre apeló al aspecto colectivo: "Vengo a trabajar duro, si no trabajamos todos juntos no hay nada que hacer. Hay que trabajar la química. Ser líder sale de manera natural, no es algo que se imponga. Intentaré hacer mi juego, que es por el que he venido a Málaga, y convencer al entrenador ¿Titulos? Seguro que lo intentaremos, pero es algo que se construye día a día, no de golpe. Debemos elaborar el equipo".

Tripkovic tiene 24 años, pero mucho mundo a sus espaldas. Debutó con 16 en el Partizan. Habla correctamente español, pero prefirió hacerlo en inglés. Alto, espigado, dice estar, ratificado por el club, totalmente recuperado de la lesión en su pie derecho tras pasar por el quirófano hace dos meses. "Ne apetecía jugar de nuevo en la Euroliga y qué mejor sitio que Málaga", aseveró Tripkovic, que bromeó sobre el aumento de la distancia del triple -"Para mí, 6.75 metros es igual que 6.25, no creo que haya mucha diferencia", aseveró-, aunque recordó que no es sólo un tirador: "Trabajo cada día para aprender cosas nuevas, no se puede jugar al baloncesto si sólo sabes hacer una cosa. El tiro es una de mis virtudes, pero intentaré ser más completo, para eso peleo. Creo que en mi segunda temporada en España puedo hacerlo mejor".

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