Hoy hará 16 días que se procedió a resembrar el césped de La Rosaleda en busca de mejorar el paupérrimo estado que ofreció la última vez que fue usado (en el encuentro Málaga-Celta). A dos días de volver a ser utilizado tras la cuarentena que ha vivido este mes, sigue presentando demasiados problemas, especialmente en la banda cercana a Tribuna a la altura del centro del campo y en las dos porterías.

Consultados algunos de los expertos que han seguido la evolución del césped desde que se implantaron casi 150 kilos de la nueva semilla (Poa Pratensis), concluyen que en absoluto el terreno de juego presentará buenas prestaciones para el Sevilla Atlético, aunque aseveran haber comprobado una leve mejoría. Este grano, habitual en campos de golf y en los últimos tiempos en auge en el fútbol, apenas ha agarrado un centímetro, comentan dichas fuentes. Esto se traducirá en que el aspecto visual inicial del verde será bueno pero, a medida que avance el partido, se irá levantando y poniendo más blando.

Dado que después del partido contra el filial sevillista pasarán 22 días para que el Málaga vuelva a jugar en La Rosaleda (recibirá la visita del Granada 74 de Tapia), los cuidadores prevén un mejor aspecto, especialmente si el primer equipo continúa sin usar el césped principal para entrenarse. No obstante, tampoco esperan que la última actuación haya sido la panacea. Aun así, sí aseguran tajantemente que esta medida ha sido mucho mejor que el remedio utilizado en verano, cuando tras las conciertos celebrados se procedió a sustituir los tepes dañados por otros sin más.

Como la historia no es nueva, el técnico, Juan Ramón Muñiz, y su plantilla se lo toman con filosofía. Ayer Carpintero añadió una dosis de sarcasmo para reflejar el sentir por tanta actuación infructuosa. "Ha llovido. Lo mismo estábamos esperando a que lloviera. No sé, ahora imagino que, después de la lluvia, estarán esperando a que salga el sol. Y a partir de ahí a ver cómo está", comenzó diciendo el leonés, que posteriormente amplió el registro de ironías: "Llevamos desde principios de temporada con el mismo tema y las cosas siguen muy parecidas. Igual tienen un botón y giran el césped y nos sale una alfombra, pero todavía no lo han apretado. No lo han encontrado".

El medio blanquiazul incluso se atrevió a aportar soluciones: "¿Qué vamos a hacer nosotros? Se pueden comprar libros de jardinería e intentar un curso acelerado, pero más no se puede hacer". Hasta se pondría a disposición del club en caso de que el sábado, día del sorteo extraordinario de Navidad, le tocara un premio gordo. "Habría que hablarlo. A lo mejor con Piterman pones el césped nuevo, te renueva diez años y luego no te paga", indicó Carpintero, quien espera que venga pronto la selección para que cambien el césped: "Si alguien tiene el teléfono de Luis Aragonés, que me lo dé y lo llamo".