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En desigualdad de condiciones

  • Las dudas en el fichaje de Simon ponen sobre la mesa la dificultad con la que se ha topado esta campaña el club para formar la plantilla y reforzarse sobre la marcha · Caner-Medley, Wallace o Splitter, otros ejemplos

Kunoslav Simon sigue aguardando en Zagreb una respuesta del Unicaja. Hace semanas que se iniciaron las conversaciones con el jugador, sus agentes y el KK Zagreb para adelantar su llegada a Málaga. Se pensaba en él para la próxima temporada pero los acontecimientos (malos resultados y pobre rendimiento de Fitch) hicieron que se planteara su fichaje para reforzar el equipo en los últimos meses de la actual campaña. El pasado fin de semana ya existía acuerdo entre las partes, pero el asunto sigue paralizado ante la indecisión del Consejo de Administración a la hora de dar el visto bueno definitivo. En las altas esferas cuesta realizar cualquier inyección económica con el presupuesto ya cerrado, por más que el coste de la operación no supere ni los 100.000 euros, y se entiende que con trece jugadores ya en la plantilla debe ser suficiente para salir adelante. Cuerpo técnico y dirección deportiva creen que es necesario pero en época de crisis cuesta rascarse el bolsillo.

Con el paso de los días gana enteros la posibilidad de que termine por frustrarse el fichaje de Simon, que parece tener otras ofertas para marcharse ya de Zagreb, lo que impediría que se pudiera contar con el escolta para la próxima campaña. Un contratiempo que pone sobre la mesa las dificultades con las que el club de Los Guindos se ha topado meses atrás tanto para confeccionar la actual plantilla como para reforzarse con la competición ya en marcha.

El pasado verano llegaron Rowland, Valters, Darden y Zoric. Cuatro jugadores no demasiado conocidos en el primer plano europeo por los que se apostó después de verles en directo y recabar extensa información. Alguno, como Darden, está rindiendo incluso por encima de las previsiones, otros, como Zoric y Valters están cumpliendo con menos regularidad de la deseada, y Rowland está defraudando. La estricta política económica reinante en el club obligó a ello e impidió que llegara algún retoque más para el juego interior. En días en los que mandaba la operación salida, Chus Mateo veía como se escapaban sus dos prioridades para reforzar la plantilla. Hubo principio de acuerdo con CJ Wallace y muy buena sintonía con Nick Caner-Medley, pero como parece que puede suceder ahora con Simon, la demora en la toma de decisiones provocó que ambos acabaran decidiéndose por otras alternativas. Wallace, una vez recibió su pasaporte comunitario, fichó por el Barcelona Regal, mientras Carner-Medley se marchó al Valencia Basket. La decisión del cuerpo técnico de retocar la plantilla no se detuvo ahí. Con la pretemporada ya en marcha surgió la opción de hacerse con el macedonio Pero Antic, ahora en las filas del Olympiacos, pero el fichaje fue también desestimado. Con la operación salida atascada, Hrvoje Peric acabó ganándose un hueco en el equipo.

La limitación presupuestaria también impidió que se pudiera ver por Málaga a un jugador NBA. El lock out prometía eternizarse y muchos jugadores de aquella liga vinieron a Europa. En el camino del Unicaja se cruzó el pívot de los San Antonio Spurs Tiago Splitter, con el que llegó a haber un acuerdo total para que vistiese de verde hasta que se reanudara la liga estadounidense. Sin embargo, el Consejo, tras hacer cuentas, rectificó a última hora y dijo no a la operación. Splitter acabó en Valencia.

La secuencia parece que puede volver a repetirse ahora. El objetivo, eso sí, parece no variar: semifinales de Liga.

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