El parte médico del Unicaja se ha convertido últimamente en obligada referencia por las continuas visitas a la enfermería de los jugadores, aunque no siempre se cumplan las estimaciones previstas. Véase el caso de la milagrosa recuperación de Berni Rodríguez. De las cuatro a seis semanas de baja esperadas cuando se lesionó se pasó a los 12 días que transcurrieron desde su percance en un entrenamiento a su reaparición en el último cuarto de los cuartos de final de la Copa del Rey en el Buesa Arena. Dolencias similares sufridas por otros jugadores no bajaron de las cuatro semanas. Según explicaba ayer el club, el esfuerzo ha pasado factura y el capitán cajista no pudo participar en los tres últimos entrenamientos, puesto que sufre molestias en la citada articulación. No obstante, su presencia en el primer encuentro del Top 16 ante el AXA Barcelona está cercana siempre y cuando no haya ninguna recaída en los próximos entrenamientos.

Otro inquilino de la enfermería, éste por otra razón, es Marcus Haislip, que padece de una gastroenteritis aguda. Los servicios médicos del club decidieron trasladado al Hospital Xanit donde se le realizó un tratamiento de sueroterapia y se le practicaron diversas pruebas para descartar cualquier otra infección. Se espera que para hoy pueda ejercitarse con cierta intensidad con sus compañeros. Su aportación en estos momentos se antoja trascendental para el equipo, vista su mejoría en números y sensaciones sobre la cancha. En Vitoria ofreció una gran actuación a la que sólo faltó el remate.

El tercer ausente es Carlos Cabezas, que es baja por la rotura de fibras en el vasto interno del muslo izquierdo sufrida en el partido de la Copa ante el Tau Cerámica. Estará de reposo esta semana, con tratamiento conservador, y el objetivo es que está para el partido del CSKA, en el que se cumplirían exactamente las tres semanas desde el día que se lesionó. No descarten que el base esté antes listo.