Pocos avances se han registrado en las negociaciones sobre las ampliaciones de Berni Rodríguez y Carlos Cabezas. Si en el caso del capitán el diálogo continúa, aunque más enquistado que hace unos días, cuando se presumía un desenlace rápido y sencillo, en el del base no ha habido ningún contacto desde que el pasado lunes Gorka Arrinda, su agente, rompiera la baraja tras su reunión con Berdi Pérez y Juanma Rodríguez. Ni parece que lo habrá en un corto periodo de tiempo. "Ellos rompieron la negociación, se levantaron de la mesa y ante eso hay poco que hacer", decía ayer el presidente cajista, Francisco de Paula Molina, que sí mantiene el optimismo en cuanto a la renovación de Berni Rodríguez pese a que los manidos flecos se están dilatando más de la cuenta. La intención del escolta era dejar resuelto su futuro antes de incorporarse a la concentración de la selección española, algo que ocurrirá el martes, para centrarse plenamente en la complicada batalla por conquistar un puesto en los Juegos Olímpicos, que no la tiene sencilla. Así lo había solicitado también Aíto García Reneses a sus jugadores. Se hará un último esfuerzo a principios de semana, pero ahora mismo hay varios puntos de discordia.

En cualquier caso, lo que no ha pasado en ningún momento por la cabeza de los rectores cajistas es poner en el mercado a sus buques insignia para sacar un rédito económico en previsión de que puedan quedar libres la próxima temporada. Siempre quedará el derecho de tanteo, aunque esa prerrogativa sólo atañe a los equipos de ACB. Si no hay entente, el Unicaja ejercerá la cláusula de renovación unilateral de la que dispone en su contrato. Y la cantidad que recogen los contratos de los canteranos para comprar su libertad ascendería a los 2 millones de euros. ¿Se podría rebajar algo? "Ni un euro", se sostiene desde las altas esferas de la entidad cajista, que la próxima campaña igualarían cualquier oferta razonable de otro club. Algo que molesta a los jugadores, que no se les dé ahora lo que sí pueden tener que soltar la próxima campaña. Pero los jefes saben que no sería popular que los referentes de la casa se marcharan.

Clubes como el Real Madrid estarían dispuestos a día de hoy a pagar cierta cantidad por la libertad de Cabezas, pero nunca llegaría a esos 2 millones que fija el contrato. Pero la respuesta cajista es no. El club blanco se ha movido para buscar el sustituto de Tunçeri y parece haberlo encontrado en un antiguo jugador del Unicaja, el argentino Pepe Sánchez.